ANTES MUERTAS QUE BAJAR DEL BURRO
He tenido que luchar con uñas y dientes por nuestro día festivo. Y lo más gracioso es que la lucha no ha sido, como sería lo lógico, con el encargado, sino ¡con las compañeras! Luego nos quejamos de que nos estafen, pero es que hay personas que prefieren que les timen lo que sea (en este caso un día nuestro) antes que dar su brazo a torcer.
Os explico: el domingo, las del paro NO trabajamos. Genial, ¿verdad? O simplemente justo, aunque sea poco.
Vale. Hasta ahí llegamos todos, ¿no?
Ahora bien: el lunes es fiesta local por la feria. Este festivo se equipara a un domingo, y por tanto no se trabaja, igual que no se trabaja del día de los Santos, o el de la Inmaculada, o el de la Constitución, o Navidad...
¿Se entiende? ¿Creéis que me he liado al explicarlo?
Yo creo que hasta ahí se debería entender, no sé.
Pues prosigo:
Como es feria, y hay botellón, fiestuki, vasos de plástico a gogó, etecé etecé, el Ayuntamiento nos pide de favor que cambiemos uno de nuestros festivos por un día laborable. En agradecimiento, sólo trabajaremos el festivo las cuatro o cinco horas que tardemos en recoger la feria.
Aceptamos (no hay más remedio). Somos cuatro chicas: dos parejas. Una pareja trabajará el domingo y la otra, el lunes. Así que descansamos uno de los festivos que nos corresponde y después, un día laborable que tú se lo has cambiado al Ayuntamiento por ese festivo en que SÍ trabajas.
Dos días de descanso=dos días de descanso.
¿Sí o sí?
Debería ser "sí", pero hasta aquí no llega ya ni el encargado.
Bueno: además, tenemos, por cada quincena, un día de Asuntos Propios que va aparte.
Sumamos: 2 días de descanso porque son dos festivos + un día de Asuntos Propios... = ¡3!
¡Tres! ¡Tres! ¡Tres! ¡Joder, que me lo enseñaron en Parvulitos!
Pues no me han comido porque estaba sucia del polvo de las calles, que si no, os asseguro que Jana habría desaparecido desgarrada, como una linda gacelilla de dulces ojos negros entre leonas famélicas.
-¡Que no, Jana, que son dos días!
-¡Que no, Jana, qué más quisiéramos nosotras, que te equivocas!
-¡Tía, Jana, que te calles ya, que no te enteras!
El encargado me daba la razón pero a los diez segundos me la quitaba. Primero que sí, luego que no, que si trabajo el domingo sólo descanso lunes y martes. Luego que sí, tienes razón, Jana, Asuntos Propios es aparte. Luego que no, que no, que dos días y ya está.
Total, que ya me resigno -prefiero siete horas de barrer a mi bola que media de lucha fratricida con marujitas cabezonas- y, encogiéndome de hombros, digo:
-Vale, no pasa nada: que las limpiadoras tenemos un festivo y los jardineros dos, será el convenio.
-¡Claro, tía, que ya te lo he dicho veinte veces, que no te enteras de lo que va la cosa! -esto, la más belicosa de mis compañeras- ¡Con lo fácil que es!
Pero, entonces...
He visto una luz,
hace tiempo brilla y no la vi...
(versión Jana de "Llamando a la Tierra", de MClan.)
¡Tachán! El encargado, que me grita:
-¡Eh, Janita, Janita, espera un minuto! ¡Que claro que tienes razón!
-Mira, que no haces más que darme una alegría y luego una decepción, chuli, a ver en qué quedamos.
-Que sí, c..., que tenéis dos festivos y uno de Asuntos Propios, tres días, ya está. Tú tienes lunes y martes y el otro, el que quieras.
¡¡Hurra!! ¿No? Estamos todas reventadas, viene la feria, hay dos festivos y he conseguido que se nos de... lo que nos pertenece. Vámonos corriendo antes de que al encargado se le vuelva a nublar la mente.
Pues, no. Todavía hemos tenido que coger -el encargado y yo- papel y boli para hacerles unos croquis a las tres, porque se emperraban y se emperraban en que yo no podía tener razón. Ya si me pongo suspicaz, igual puedo sospechar que es que no soportn que "la hippie del mercadillo" (sí, esa soy yo en el pueblo) puede carburar con más claridad que ellas, las satisfechas señoras de su casa que no necesitan el dinero porque sus maridos están "bien colocados", y lo que cobren se lo van a gastar en un conjuntito muy mono que vieron en El Corte Inglés y en algunas cosillas para los niños, pobrecillos, que también tienen derecho a ir de marca para que no los discriminen... (sic)
Una de ellas me miraba todo el rato asintiendo, pero no se atrevía a quitarle la razón a las demás, es que he flipado en colores
Bien; par más inri, yo ni sabía que teníamos dertecho a dos festivos; yo, el primer día, dije: "seguramente en la feria unas vendremos el domingo y otras el lunes, a mí me da igual trabajar el domingo porque el sábado de feria está todo demasiado petado y me quedo en casa, pero lo que vosotras digáis."
No es porque sea una Santa Generosa, es que de verdad me da bastant igual, porque Kino (mi pareja) también está parado ahora y cualquier día puede ser bueno para irse de juerga.
Pues la más belicosa se apresuró a soltar:
-Yo el domingo no trabajo ni muerta, eso no se lo cree ni el alcalde.
-Bueno, pues Jana y yo venimos, que a mí también me da igual -terció mi compañera, tan complaciente.
-Vale, pues vosotras venís el domingo y nosotras el lunes -decidió la belicosa.
Pero ahora -esta misma mañana- resulta que el marido de la belicosa se va de viaje de trabajo toda la semana, así que ahora ella ya preferiría trabajar el domingo para irse con sus amigas marujitas esa noche y no tener que madrugar el lunes.
Yo podría haber dicho: "bueno, pues yo trabajo el lunes". Pero:
A/.- Mi niña ya está hecha a la idea, desde que lo hablamos el primer día, de que el lunes nos veremos, pues ella también trabaja el domingo.
B/.- Yo también me había hecho a la idea, cosa que tiene su importancia aunque al parecer mis proyectos no deberían ser nunca los primeros, por Dios.
Y
C/.- La señorita belicosa me suelta hoy por toda la cara que ella jamás en la vida ha dicho que no quiera trabajar en domingo, que estoy muy equivocada.
Sólo por el C, de veras, me he callado y no le he ofrecido: venga, pues cambiamos otra vez para que tú descanses el domingo.
¡Es que ahora comprendo por qué me había sentido siempre tan feliz arropada en mi niebla y sin querer abrir ni un jirón!
¡Odio la caradura de la gente!
Y lo más inri es que las otras, que me estaban diciendo por detrás: sí, sí, yo la oí... (Claro, si lo dijo veinte veces) no fueran capaces de reconocerlo en voz alta.
¡A lo mejor temían ser devoradas por la Leona Dominante!
Conclusión: por gente así se pierden las batallas. Como el soldado al que le dicen:
-Oye, quítate de ahí, que el capitán ha dicho que las balas vienen del este.
Y el soldado responde:
-Es que yo estoy en el oeste.
-No, hombre, mira, ¿ves?: el sol está saliendo, y todos sabemos que el sol sale por el este y se esconde por el oeste, nos lo enseñaron en el cole.
-Qué va, qué va, qué va, el sol sale por el oeste, es que tú no te enteras.
Y... ¡pumba!
R.I.P.
¡Hala, chicos, dad gracias a Dios porque no trabaje todo el año, porque os tendría amargados!
Oye, y si queréis iluminar con vuestra luz mi niebla, decidme, por fa: ¿tan difícil os ha resultado entender que 2 días + 1 día son 3 días, y no 2?
A lo mejor es que me caliento y sólo sé sumar noches...