(Esta entrada la escribí a la antigua, con boli y cuaderno, en los días en que estaba tristemente incomunicada. Luego me daba una pereza transcribirla... pero me gusta llevar a cabo lo que me propongo, así que ahí va. La he dividido en dos partes, porque me enrollé más de lo que acostumbro, que ya es decir)
Hemos cogido vacaciones. Bueno: una noche fuera de casa. Realmente lo propuse, sobre todo, para superar el síndrome de abstinencia de internet: ya que no podía seguir conectada, la solución perfecta era desconectar por completo.
M.P. aceptó: en realidad, creo que no le dejé opción. Le dije:
-Cariño, vámonos a Niebla y de camino nos damos un bañito en Mazagón. ¿Sí? ¿El miércoles? Volvemos el jueves, sólo un día, no hay problema, y comemos pescaíto frito. Andaaaaaa...
-Vale, lo que tú digas. ¿El miércoles? ¡Qué bien!: ¡Niebla!
No es recochineo: M.P. es genial para acatar mis planes con aplausos, lo juro.
El martes, me dice:
-Podríamos llevarnos unos tapes con esas ensaladas que haces tan buenas de huevo duro y atún...
-Vale, así no rompo mucho la dieta -acepto, tan contenta.
Al rato, M.P. vuelve:
-¿Y si hacemos unas tortillas francesas? O de queso, mejor, para picar.
-Vale. Y pan de molde, ya está. Por la noche cenaremos en Niebla.
-¿Y para la playa? -(¿para dónde pensaba que iba a llevar lo demás?)-. Llévate una lata de paté y luego allí mismo compramos unos embutidos.
-Cari, sólo va a ser un día. Bueno, lo que tú digas... si sobra lo traeremos a casa. (Claro que llegaría a cien grados).
Por la mañana comprobé que en la nevera también tenían que coger cuatro botellas de agua congelada, una de Acuarius (que ha vuelto virgen), otra de Pepsi (ídem), té frío y mis latitas de cerveza. ¡Ah! Y no sé cuántos yogures, porque se ha pasado comiendo yogur las treinta horas y todavía han vuelto tres. Misterios.
Así que dejé que llenara él la nevera y me dediqué a la ropa, las toallas, las cosas de aseo, el lápiz de ojos, las pinzas de depilar, el after sun, la crema del pelo, unas plataformas de verano, las chanclas, el vestido rojo por si el azul se estropeaba inesperadamente... Además, hice unos cien cigarrillos (los lío con máquina porque sale cuatro veces más económico que comprar tabaco liado), pero "por si pasa algo" cargué también con la máquina, la paleta, cien gramos de tabaco y unos cincuenta tubos.
(Al poner esto estoy pensando que la verdad es que soy la digna pareja de M.P.)
Todo iba apuntadito en una lista de la que iba tachando a medida que metía más y más cosas en la mochila, pero también me cupo todo y sobró sitio. Estas vacaciones empezaron con El Misterio De La Capacidad Infinita de mis bártulos, sería buena idea patentarlos.
La noche del martes, M.P. me dice:
-La tele la voy a esconder detrás de tus cosas, con la estantería tuya delante.
-¿Decías...?
-Bueno, si entran, se van a llevar lo que valga algo.
-Cariño, si entrase alguien tendría que hacerlo saltando por el gallinero, ¿cómo van a salir con la tele a cuestas? -he de advertir que la tele la compramos hace dos meses y es la niña de sus ojos... y de los míos, porque llevo desde los veinte años con 14 pulgadas y ésta es de 32. Disfrutamos de los documentales de la 2 como los niños de mi generación cuando iban por primera vez al cine.
-Tú, déjame, que si volvemos y nos encontramos sin la tele, ya verás. ¡Ah! Y el ordenador ¿dónde lo vas a esconder?
Ay, Dios.
-Ya lo pensaré, total, cabe en un bolsillo.
Por la mañana lo metí debajo de un cojín, dejé encima los dos o tres libros que siempre tengo a retortero en el sofá del cuarto de los chicos, y M.P. vino a criticar:
-Ahí van a mirar enseguida.
No comment.
Por entretenerse, también prepara trampas aquí y allá, que si pisas aquí suena la cadena, que si aquí tropieza y se estampa contra el suelo... Además, los perros ladran, las gallinas cacarean, los vecinos están pared con pared a derecha e izquierda, y... ¡joder! ¡que somos pobres, que mi furgoneta tiene veinticinco años y mis vaqueros piratas son los de antes de que me separara de mi ex, que si entran a robarnos yo creo que al final nos dejan alguna propinilla!
Bueno: ya estamos en el coche. Es decir: yo estoy en el coche; M.P. ha vuelto -por tercera vez- a abrir con llave la casa para comprobar que todo esté apagado, cerrado y escondido. Luego me dice que si fumo mucho. ¡Casi me como el pitillo para no decir: vengaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
¡Y aún puedo felicitarme porque no nos hemos vuelto desde la gasolinera para comprobar si apagué el ventilador!
El viaje va muy bien; dos o tres veces me pregunta qué me pasa, porque al parecer estoy un poco rara desde ayer. No voy dando botes y charlando como una posesa, simplemente estoy emocionada porque vamos a Niebla, y Niebla es para mí mucho más que el pueblo donde me crié. Eso... no lo puedo explicar, y no sé si es fácil de comprender.
-Espero que no vengan ratas -dice de pronto M.P.
-¿Ratas? -me va a dar algo-. Pero, ¿por qué? ¿Cuándo?
-Es que les he dejado a las gallinas el contenedor de trigo abierto... y a los perros les he echado pienso en un bidón, por si tienen hambre.
Genial: si decidimos quedarnos un par de años en Niebla, los perros y las gallinas no tendrán ni el problema de la soledad. Pueden montar una fiesta para ratas, gatos y todo tipo de bichos. Y nos vamos por un día. Un día. ¡¡Un día!!
Tres horas después, pasamos por el desvío para Niebla. Ayer supe que el hostal donde siempre paramos ha cerrado, y tenemos que pernoctar en San Juan Del Puerto, a quince kilómetros. Veo Niebla de lejos y el pecho me duele de la emoción.
Mi plan era llegar al hostal, soltar las cosas y tirar para Huelva, a coger la canoa de Punta Umbría. Pero cuando M.P. ve la bañera que nos ha correspondido, decide inmediatamente darse un baño y chapotear feliz en el agua. Yo consulto el reloj con disimulo: si no nos vamos YA, tendremos que esperar después dos horas al siguiente barquito... pero no quiero presionarle. ¡Pero ya estoy impaciente! ¡Sal de la bañera, por Dios!
-Cariño, no nos va a dar tiempo a coger el barquito -digo, muy comedida.
Inmediatamente, el patito se convierte en oso, y gruñe:
-Buf, cari, barquito, barquito... ¿Es imprescindible coger el barco? Ya sabemos cómo es, cogimos el de Cádiz el año pasado, no es ninguna novedad.
No me lo puedo creer: cuando me diga de hacer otro tipo de cosas, le voy a contestar igual: ¡ya sabemos cómo es! ¡No es ninguna novedad!
-Pero... yo-quería-venir-aquí-para-coger-el-bar...qui...to... -casi lo silabeo para no chillar.
-Mira que te lo iba a decir anoche, tendría que habértelo dicho. Eso de tener que ir sin conocer Huelva, preguntando, me va a estresar. Yo prefiero ir a tiro hecho.
¡Claro! ¡Y yo, y cualquiera que conduzca! Pero ¿por-qué-no-lo-dijo-anoche? ¡¡¡¿¿¿POR QUÉ???!!!
No quiero aguar la fiesta, odio salir de casa y encima ir disgustados. Me callo. Me estreso YO, pero me callo. ¡Soy demasiado pacífica!
Además, si tuviera que conducir yo, la verdad, lo comprendo: ni me lo plantearía, en la ciudad me siento como una hormiguita en plena jungla rodeada de animales grandes y salvajes.
-Entonces, ¿qué hacemos?
-Vámonos a la playa.
-Vaaaaaale.
Pero aun así, tengo que escuchar sus excusas, disculpas y finalmente, ataques (se supone que para que yo no me cabree) durante media hora. Me siento acosada.
-¡Vámonos ya, sal de esa bañera! -tengo que gritar al fin.
Y nos vamos a la playa, para lo cual también hay que ir mirando direcciones rotonda por rotonda, pero bueno, al fin, divisamos el mar.
Y ahora... hay que dejar el coche solito y abandonado.
(Ahora, releyéndolo, no me parece tan estresante como lo era en realidad; la bruja parezco yo. Pero que conste que no fue así. Y ya otro día os cuento el resto, que es un poco más cortito: la tarde de playa)
jajajajaja me escacharro contigo y tus historias mami2! q agobiantes son cuando quieren.. tienes toooda la razon! xD
ResponderEliminarun besitoooo
De verdad que solo un día? si esto da para casi una semana!!! que estrés! ja jaja
ResponderEliminarMi querida Jana: Si me pasa a mí me pongo como la de la foto pero saliendo sapos y culebras por mi boca :) aparte de rayos iluminando la habitación. Vamos! como la niña del exorcista. Si no lo has matado después de esta os auguro una larga vida en común. :)
ResponderEliminarBrisas y besos.
Malena
¿Verdad que sí? Qué paciencia hay que tener, María, tenemos el cielo ganado sólo por aguantarlos.
ResponderEliminarMil besitos, preciosa.
Ay, Canoso, yo creo que esta criaturita da para mil entradas... más vale dejarlo porque si no no se acaba nunca. Estresante total hasta cuando está durmiendo, te lo juro. ¿Verdad que soy una santa como Job?
ResponderEliminarBesitos.
Querida Malena: ¿comprendes por qué soy tan feliz con los niños? Tengo mucha, mucha paciencia, creo que es mi mayor virtud, y además al cabo del rato me río de lo que me estresa. Pero lo de los yogures iba a acabar conmigo, te juro que no he exagerado absolutamente nada, al contrario.
ResponderEliminarMil besitos.
Qué maravilloso es viajar, y qué cómodo.
ResponderEliminarSobre todo, qué cómodo, Pitt... por eso es por lo que viajamos taaaanto.
ResponderEliminaren una bañera ??? teniendo el mar tan cerca...
ResponderEliminarjajajajajaj, bueno la pasaste muy lindo igual :P Voy a estar esperando el resto, para saber un poquito mas de ese viaje, un besito Jana ♥
ResponderEliminarjajajaja aprendes rápido, nenaaaa
ResponderEliminarjajajajjaja a mí si que me ha parecido tremendamente estresante. jajajaja tanto par aun sólo día!! no puede ser!!
ResponderEliminarNoel, es que este niño sabe apreciar los pequeños placeres de la vida: bañera, yogures...
ResponderEliminarBesitos.
Lenn, sí que lo pasé lindo, al final, menos mal, me quedó buen recuerdo del diíta de "vacaciones", pero, chica, qué hombres estos... y conste que él era un aventurero años ha. Si es que la vida da cada vuelta...
ResponderEliminarNiña, pasaré por tu blog a decirte que te he dejado un regalito, en la entrada anterior, creo que no lo has visto. Miles de besitos.
Maripili, y ni te cuento, que el show siempre da para más, a veces me río por no llorar, otras veces lo mataría directamente.
ResponderEliminarBesitos, preciosa.
Anita, como dice la Condesa: que Dios me dé paciencia, porque como me dé fuerzas, lo mato.
ResponderEliminar¿Estresante? ¡Terrible, terrible, terrible! Pero luego cuando quiere es tan monoooo...
Mil besitos, nena.
Ainsss como los has relatado, es estresando y esto solo para 1 dia? No quiero imaginar 1 semana o un 1 més, te llevaras la casa a cuestas !!! XD
ResponderEliminarPues nada, paciencia que es amiga de la ciencia.XD
Un besazoooo
Onasis, y en realidad lo que he contado fue sólo la mañana... que por la tarde fuimos a la playa. Ya os contaré, aunque al día siguiente todo fue muy requetebonito en mi Niebla.
ResponderEliminarBesitos, guapa.
Jajaja estoy con muchos de los comentarios... Que estres debes de pasar.
ResponderEliminarMi madre antes de salir por las puertas, entra veinte veces a revisar el butano, a revisar las persianas...
Y es como le digo yo vamos a ver... Somos pobres, como ratas, es más yo creo que las ratas son menos pobres que por lo menos tienen las alcantarillas... ¿Quién va a entrar aquí?...Si es que, el que entre sale robao...
Ains, va a ser verdad eso de que cada uno tenemos nuestras manías...
De las mias sería para hablar, pero delante de un psicoterapeuta xDDDD
¡¡Muuuuuuuuuuuuuuuacks!!
=^.^=
Sí, hija, sí, si las ratas seguro que nos dejarían un cachito de queso para que levantáramos cabeza... yo creo que eso le viene de vivir en el campo de pequeño, porque su madre también es de echar cerrojos, y un palo detrás de la puerta, y otro al lado de la cama... si la pobrecilla no iba a poder ni levantar el palo.
ResponderEliminarYo es que soy dejadilla, la verdad, y eso tampoco debe ser, que sí que me han robado un par de veces del coche, cuando vivía en Córdoba, así que sé que esas cosas pasan. Pero es que ni don juan, ni juanillo, xDDDD.
Mil besitos, gatita linda =^.^=
Hola Jana, ya me he decidido a retomar mi actividad bloguera y aunque me ha costado empezar, ya me alegro de haberlo hecho.
ResponderEliminarEs verdad que se os echa mucho de menos, y que cuando empezamos a visitar amigos, en cada rincón encontramos algo que nos merece la pena el rato que estamos navegando.
Veo que has tenido unas vacaciones forzosas por falta de Internet, que ya te lo han arreglado y también has disfrutado de la playa.
Cuando tenga que hacer una maleta te llamare, madre mía, la de cosas que has metido en la mochila, jejeje, ¡y hasta te sobro espacio!.
Estaré pendiente de la segunda parte de esta simpática historia.
¡Cordobesa, preciosa, se te echaba un montón de menos! No hace ni tres días estuvimos hablando de ti mi niña y yo, pensando: ¿se lo estará pasando tan bien ahora que ha refrescado que va a pasar del blog? De verdad, lo pensamos. Me alegro muchísimo de que estés de vuelta, espero que no hayas dejado de lado la bici, ahora sí que viene una época buena para montar.
ResponderEliminarMiles de besitos, y me quedo esperando tus entradas.
jajajaja Jana pero es que... los hombres son así (que no me maten) pero es que... no conozco a ninguno que no haga ese tipo de cosas. Muy gracioso como lo has contado, espero que te lo hayas pasado muy bien.
ResponderEliminarYa sabes que espero tu relato, poesía o lo que quieras ^^
Un besazo preciosa.
Diosa Lobezna, pues ¡me consuelas mucho diciéndome que son todos así! Yo he tenido dos a largo plazo en mi vida, y, sí, son así, pero ya estaba pensando que los elijo (sin querer, por supuesto) mal y punto.
ResponderEliminarNiña, el relato no consigo mandártelo porque me da "error" tu correo, a ver si Dawa te lo reenvía de mi parte, siempre me pasan esas cositas a míííííí... yo sí que soy gafe un poquito, de verdad.
Mil besitos, guapísima lesionada.
Ay,conozco a alguien así y ya de lejos me parece insoportable. Cuadriculados los llamo:)
ResponderEliminarBueno, espero que saliera de la bañera y te hiciera pasar una buena tarde de playa:)
Es estresante, no te culpes, lo es:)
Besos
Trini, ya os contaré la tarde, tampoco fue lo más. Ahora, el siguiente día sí fue precioso, tuvo toda la paciencia del mundo por Niebla, por eso se le puede perdonar el estrés. Pero salir con él es... ¡ay! ¡Temible!
ResponderEliminarMil besitos, Trini, guapísima.
Sube la segunda parte yaaa!! Que me he reído mucho mucho, tienes que escribir así más entradas, eh?
ResponderEliminarBesitos seño Ana, TQ GBLR
Ay, gatita, yo creo que ya no voy a ser capaz de escribir en siglos... que estoy mu canzá, de verdad, estos peques me están matando. No da tiempo a pensar,cuando barría el pueblo me entretenía haciendo entradas mentales (menos mal que luego no las escribí todas, si no, pobres de vosotros) pero ahora no tengo tiempo ni de pararme a beber agua, te lo juro. Y ni puentes tenemos, por lo que me comentaron ayer, así que ¿para cuándo el descanso? Será que ya me estoy ancianizando totalmente, gatín.
ResponderEliminarMañana subo la segunda parte, el día de playa, menos mal que lo escribí nada más volver, si no... pa los restos.
Tq, gblr.