Según mi niña, cuando me cabreo le hago mucha gracia, pero esta vez seguro que no hubiera sido tan graciosa: el asunto era (y lo es, aunque ya no me afecte apenas) bastante serio, frustrante, una de esas cosas que te hacen sentir impotente.
Y lo voy a soltar del tirón: ¿sabéis cuánto voy a cobrar mensualmente por ese trabajo por el que pegaba brincos cuando me avisaron?:
407 euros
Sí, sí, no hay error, no he puesto un "4" en lugar de un "5" o un "6", nada, habéis leído bien, pero por si acaso lo pondré en letras, como en los cheques:
cuatrocientos siete euros.
Dos semanas antes de firmar el contrato me habían aprobado una ayuda (RAI, renta activa de inserción para parados mayores de 45 años que lleven un año sellando el paro sin haber trabajado más de noventa días en ese año, por si os interesa, porque no todo el mundo la conoce). Iba a cobrar 429 euros, o sea, que ¡voy a cobra, trabajando veinte horas semanales, menos de lo que cobraría por rascarme... la cabeza!
Y eso que, para colmo, en primer lugar, se equivocaron, cosa que no sé por qué suele ocurrir mucho conmigo, o se equivocan o se rompe el ordenador y tengo que volver otro día. Me dieron una nómina, muy mona ella, en la que constaba que iba a cobrar 837 euros. ¡Menos mal que no soy de echar las campanas al vuelo! Más o menos, yo había hecho algunas cuentas: estamos en crisis, trabajo media jornada, soy auxiliar... si hubiera cobrado 500 euros me habría sentido muy contenta, pero calculaba algo así como lo que hubiera cobrado con la ayuda, o tal vez un poquitín más, por la cosa de que ¡trabajo! ¡Un estímulo, aunque sean cuatro euros más!
No me quejaba: cotizo (aunque cada dos días cotizo por uno) y la ayuda -si la crisis o el nuevo gobierno que casi seguro saldrá no la borra de un plumazo- continuará allí, sólo que para cobrar esa ayuda hay que llevar un año sellando el paro, o sea que cuando se me acabe el contrato estaré un año entero viviendo... ¿de qué? Pues yo qué sé... como todos los parados sin ingresos: de milagro.
Pero resulta que la preciosa nómina de 837 euros estaba equivocada; yo misma lo comenté al verlo: "esto me suena un poco raro", y en efecto. No me digáis "tonta" por haberlo dicho, porque si no digo nada y me voy corriendo a cobrarla, al mes siguiente habría tenido que devolver la diferencia, vamos, que no iban a regalármela por haberse equivocado ellos. No es como si tú te equivocas y pagas de menos a Hacienda, que te crujen sin piedad, no nos hagamos ilusiones.
Pero, vamos, igual que me sorprendió el exceso, después me dejó bastante decepcionada el defecto: ¡yo que quería hacer lindos regalitos para Navidad a los míos, se van a tener que conformar otra vez con los cuatro pegos de los chinos de cada año!
La verdad es que estuve rallada todo el día; mira que me decía: si estuviera cuidando niños, sin asegurar y más horas, me conformaría con menos y tan contenta; si estuviera limpiando en una casa, aunque ganara igual, el trabajo me parecería agobiante; si me hubiera apuntado, como tenía pensado, de voluntaria en la guardería de las monjas sólo para estar con los peques, no cobraría nada y no estaría asegurada... Eso me iba conformando un poco, pero es que además me sentía interesada, egoísta, culpable por una decepción meramente económica cuando todos sabemos lo mal, mal, terriblemente mal que están en otros lugares en los que se darían por contentos por tener unas vacunas y un plato de lentejas.
Así que de indignada pasaba a avergonzarme de mí misma y a mirarme con desprecio. Creo que una de las cosas que me irritaba más era pensar que, al ser un trabajo asegurado, no me queda el recurso de cansarme de todo, decir "ahí te pudras, bien te logres y si te he visto no me acuerdo"; no puedo renunciar porque entonces no tendría ya derecho a ayudas, paro ni gaitas.
Pero, ¡Janita!: ¡¡ ¡¿por qué ibas a querer renunciar?!!!
Esta mañana, cuando llegué a la guarde, contenta porque era viernes, como una bandada de pollitos se me acercaron los peques a darme la bienvenida. Antonio me enseñaba su cochecito; Noelia me acariciaba el brazo y me miraba con su ancha sonrisa de bichito malo; Dani corrió a mi encuentro y se abrazó a mi pierna; Aitana me tiraba de la falda por detrás, Miriam me lanzaba besitos desde su silla, donde estaba castigada...
¿Renunciar? Hace menos de dos meses pegaba saltos de alegría, repitiendo: ¡VOY A TRABAJAR CON BEBÉS! ¡VOY A TRABAJAR CON BEBÉS!
Me consideraba la más feliz del mundo; me preguntaba a qué santo milagroso habría rezado sin saberlo, hice promesas a la Virgen (y las he cumplido ya, que conste) si pasaba bien el período de prueba. No pensé en el sueldo; yo misma me dije: "será como la ayuda, pero ¡qué diferencia, trabajar, sentirme útil, y con niños, que es lo más gratificante para mí!
Quizá os parezca tonta o demasiado conformista; puede ser. Tampoco iba a servirme de mucho ser más lista o no conformarme, aparte de para realizar mi trabajo amargada y pensando que la vida no es justa conmigo, buaaaaa..., que mira a Aznar, unos cuantos años de presidente, y menos mal que no fueron más, y ochenta mil euros al año hasta que se muera... Pues, franquísimamente, no me cambiaría por Aznar -con ese bigote, por Dios- ni por todo el oro del mundo, gane lo que gane y tenga lo que tenga. Yo tengo 407 míseros euros al mes por cuatro horas diarias, y cada día está lleno de anécdotas que contar, de pañales sucios y barriguitas fragantes, de sonrisas manchadas de yogur y manitas pringosas que me acarician, de esa mirada (ay, esa mirada no se compra con nada de este mundo) entre tímida y esperanzada con que me siguen, pendientes de mis mimos, de mis abrazos, de mi sonrisa y mi ternura para cada uno de ellos.
No: no van a hundirme en la frustración y en el lamento porque sé que tengo suerte, que es el trabajo que yo deseaba, y que siempre he pensado de corazón que es mucho más importante trabajar en lo que uno ame que ganar un montón de dinero pero a costa de una tarea en la que no te sientas realizado.
Si quieres ser feliz un año, gana la lotería.
Si quieres ser feliz toda tu vida,
ama lo que haces.
Por desgracia, este contrato es sólo por un curso, y por lo que me dijeron en el ayuntamiento, no hay probabilidad, lo hagas mejor o peor, de renovar seguido, porque hay más de una auxiliar de jardines de infancia en el pueblo e irá rotando cada año. Así que intentaré llenar estos meses de experiencias positivas -sé que también las habrá negativas, espero que las mínimas, pero es de lógica- y disfrutar sin pensar en el suelo.
Y además, esta mañana telefoneé para darme de baja en la ayuda y me enteré de algo que me alegró muchísimo: vale, es media jornada, cada dos días cotizo por uno (jamás podré cobrar jubilación a este paso) pero por ser de lunes a viernes, cuando haga el año sí tendré derecho al paro.
Y hay otra cosa que quizá a alguno de vosotros os pueda interesar: si después de este trabajo me contratan aunque sólo sean dos días a jornada completa el paro a cobrar será bastante mayor. Y eso ya lo comprobé en persona la única vez en mi vida en que he cobrado paro, así que no lo echéis en saco roto. Dos días a tiempo completo marcan una diferencia de cobro que merece mucho la pena.
¿Que quizá haya que recurrir a algún chanchullo? Bueno... total... ahí sí me siento excusada, ¡después de trabajar por menos que si estuviera paseando todo el año!
No hay mal que por bien no venga... el que no se consuela es porque no quiere... Dios aprieta pero no ahoga... (este párrafo dedicado a mi Carol, de Bloguera Refranera), el caso es que tras una tarde en la que me planteé meter fuego no sé dónde, o aullar a la luna, de nuevo he recobrado la fe en la vida y vuelvo a decir: ¡gracias! Porque es viernes y ya estoy deseando que llegue el lunes, y este martes me tocará encargarme a mí solita de la clase Cerezas porque la directora tiene que hacer un montón de papeleo y yo les daré los desayunos, haré la Asamblea (me muero de nervios, la verdad) y luego mis quince peques harán
"el tren" para salir al recreo, a jugar como alegres pollitos que se dispersan bajo la atenta mirada de las mamás gallinas que somos "las seños".
ÉXITO ES TENER LO QUE SE DESEA;
FELICIDAD ES DESEAR LO QUE SE TIENE.
P.D.: si esta entrada os parece completamente de idiota, tenéis libertad para decírmelo, no voy a enfadarme. Cada uno es como es, y ya me doy cuenta de que yo me resigno pronto y no soy una gran luchadora; espero no decepcionaros mucho, si es así, de verdad que lo lamento, pero es que si no soy sincera en el blog, ¿para qué quiero mantenerlo?
No se que decirte tesoro, solo algo así como cuando sale el Gordo de Navidad: que por lo menos haya salud.
ResponderEliminarHaces bien en darle un toque positivo a todo el tema, que tampoco hace bien al ánimo perpetuar el desanimo en estos casos.
Y a disfrutar de esos peques que seguro que ellos contigo lo pasarán bomba.
Un enorme beso.
Gracias, Neuriwoman: por supuesto, que por lo menos haya salud, y que siga habiendo peques a los que querer y a los que intentar dar algo positivo para que el día de mañana sepan hacer un mundo algo más justo.
ResponderEliminarMil besazos.
Lo cierto es q han pasado ya muchos años. Tantos q ni sé como ha sucedido. No tengo idea de dónde han ido, ni dónde se habrán metido, si incluso habiendo sido así, (pensaba q habría cambiado tanto llegado tan lejos en el tiempo, q cuando fuera adulto sería tan diferente), sigo siendo como un niño en muchas, pero en muchas ocasiones.. La cuestión es q... aun habiendo pasado todo ese tiempo, todos esos oceanos de cuatro digitos, con sus tormentas perfectas, sus otoños tranquilos, cargados de días y de noches, de infiernos y paraísos, aun habiendo pasado tanto tiempo y tantos años, nunca, jamás, he olvidado a las personas q me cuidaron cuando era un niño.. Recuerdo... recuerdo algunos días en la guardería, no todos, claro, sólo algunos, imagenes y vivos sentimientos pegadas a ellas. Pero recuerdo bien a mi profesora, a aquella persona q nos cuidaba, q hacía de maestra. Recuerdo su mirada de cariño de incontables ocasiones, aquella otra entre divertida y enfadada, cada mañana cuando me hacía llegar con retraso xq yo siempre le pedía a mí madre q me llevara al baño justo al llegar, antes de entrar. Y sus amables consejos, q nos regalaba aunq no la entendieramos.. ¿Q tendría? ¿3 años? Y sólo un año estuve allí, sólo un año pasamos a su cuidado. Pero bien me acuerdo de ella.. No sé cuanto cobraría por aquello q hacía cada día, cada mañana, x todo el tiempo q pasaba con nosotros, con seguridad mucho más de lo q cuentas q cobrarás tú, pero para muchos de nosotros sin duda, después de tantos años, aquello sigue sin tener precio. No es un consuelo, xq los problemas no desaparecen a pesar de todo esto, ni las facturas, ni la injusticia. Y al igual q tú, aquella persona habrá tenido q lidiar con su vida y su sueldo y todos los golpes del destino, aun realizando aquel trabajo tan maravilloso q hacía con nosotros, mientras aquellos niños eran en parte indiferentes. Si en mi mano hubiese estado, ahora, ahora q soy consciente, hubiese recibido todo el dinero del mundo, pero en fin... lo q sí es cierto es q tiene mi gratitud. Y también un hueco en mi memoria. Un hueco de esos bonitos, de esos bellos, de esos q ayudan a combatir las tristezas, la rabia, la frustración y la impotencia q nos deja nuestra vida diaria en muchas ocasiones. No sé tú, pero yo moriría bajo un puente con una sonrisa por ese hueco en la memoria de alguien. No es mucho, tal vez me puedas decir, y no me atrevería a replicarte. Pero... yo siempre le he dado más importancia al tiempo q al dinero. Siempre lo he puesto por delante en prioridad. La cuestión es q, tal vez un sueldo así, en el trabajo q mencionas, te haga vivir algo peor q con un sueldo más alto en cualquier otro, (aunq hoy en día no hay mucho dónde elegir) la falta de dinero provoca muchas situaciones de ansiedad, muchos rompederos de cabeza, pero sin duda, creéme, vivirás más q la mayoría de nosotros. En ese hueco en la memoria de muchos de los niños q pasen a tu lado. Y si lo haces bien, q seguro será así, los ayudarás a ser mejores, por que aun tan jóvenes, aun tan inconscientes, la huella siempre es más profunda de lo q uno puede imaginar..
ResponderEliminarDisculpadme, siento el espacio q he ocupado, con tanta letra, y siento seguir ocupando un poco más.. Sólo mencionar para terminar q de todos modos está genial esa indignación. Tu indignación es un ejercicio de responsabilidad. Y lo idiota sería no sentir todo eso q has relatado q sientes. Esa indignación primera y toda esa lucha de sentimientros contrarios posterior.. Creo q ya está. Feliz de haber podido expresarme, me devuelvo al silencio.. Adiós y q todo vaya lo mejor q sea posible..
ResponderEliminarEs una puta mierda que sea eso lo que hay y que encima no podamos decir que no, y no quede más remedio que trabajar así, yo el año pasado sólo podía llegar a cobrar 250 euros al mes de los cuales 150 me gastaba en la academia de las oposicones las cuales ni salen, más 65 de abono transporte. Es un puto asco, y encima tienes que darte con un canto en los dientes porque podrías no llegar a tener ni eso.
ResponderEliminarEn fin, entiendo tu indignación y me uno a ella. A pesar de que sea un trabajo que te guste, no son las condiciones que te gustan. Besos.
Por partes (y sin orden):
ResponderEliminar"Dios aprieta, pero no ahoga" será por casualidad, porque apretar aprieta de lo lindo...
No hace mucho, un mileurista era poco menos que un desgraciado, un minimundi de la vida. Ahora, cobrar mil euros mensuales es la panacea de cualquier trabajador normal y muchos nos daríamos con un canto en los dientes por cobrarlos.
Qué te apuestas que de la lista de espera de auxiliares de guardería se borran más de la mitad cuando sepan lo que van a cobrar¿
Por otro lado, sí que es grato trabajar en algo que nos guste y nos llene y es ahí cuando la soga que apretó el hombre o Dios o la puñetera vida, se hace más liviana. Porque si encima de trabajar y cobrar una miseria nos vamos a amargar, apaga y vámonos.
No me parece para nada idiota esta entrada, sino valiente y real. Muchos pasan por lo mismo o parecido, pero no son capaces o no saben "desnudarse" así.
besossss
Juanjo, muchas gracias por tus palabras, al principio no te comprendía bien, pero cuando vi por dónde ibas me ha gustado mucho, eso anima más que una subida de sueldo aunque parezca mentira, yo también recuerdo a las personas que fueron cariñosas y buenas conmigo de pequeña, aunque no fui a párvulos ni a guardería sí recuerdo a la primera maestra que tuve, y a la segunda y la tercera, cada año era una y cuando te daban cariño lo absorbías como una esponja. Claro que es más importante dejar un recuerdo, o una huella buena en alguien que todo lo material, y quizá algo pequeñito pueda hacer con esos peques, al menos hacerles sentir queridos y especiales, quizá eso les ayude para no ser tan inseguros a lo largo de la vida como lo soy yo, eso ya sería muchísimo.
ResponderEliminarNo puedo ver si tienes blogs, si lo tienes pasa y dime cuál es; si no, pues espero volver a verte por aquí.
Muchos besos y de nuevo las gracias.
Ana, sí que estamos buenas. Y eso, que podríamos no tener ni ese poquito; bueno, ya me desahogué y me animé, y ahora la verdad es que está superado y ha dejado de importarme; si he salido adelante con poco siempre, no veo por qué ahora no voy a poder, de eso no me cabe duda, y las cosas que viva cada día me enriquecerán, espero; la verdad es que salgo del trabajo con una sonrisa enorme cada día y deseando contar las cosillas que han pasado en la guarde. Además, las otras cuatro chicas son en eso como yo, adoran a los niños y estamos contándonos cosillas unas a otras en cuanto algo nos toca, no hacen su trabajo porque sí ni porque es lo que hay, sino que están encantadas. Eso es genial.
ResponderEliminarMuchos besitos, guapísima, y ya verás como vienen tiempos mejores.
Querida Trini, para un mileurista siempre ha tenido mucha suerte porque en el mercadillo tampoco ganaba gran cosa, si te digo que quizá (en limpio) menos que ahora, algunos meses... pero también me gustaba tanto que estaba contentísima, porque era un trabajo divertido, ameno y estimulante, qué más se puede pedir.
ResponderEliminarGracias por ver real y valiente mi entrada, a veces me siento bastante tonta por consolarme enseguida de los malos rollos, será instinto de supervivencia.
Muchos besitos, guapísima.
Ains jana... menos mal que te lo tomas con humor por más que te indignes. Eso dice mucho de ti y sé que las cosas te mejorarán porque eres genial. Un besazo linda.
ResponderEliminarla realización personal poco tiene q ver con el salario...la locura de un mundo obstinado por tener, comprar, tirar, comprar nos está volviendo loco
ResponderEliminardisfruta y bueno...habrá que ajustarse
Es mejor que te lo tomes a bien porque de nada te servira tomartelo a mal a ellos les da igual, la verdad es que para igdinarse pero no ganas na solo ponerte la sangre negra.
ResponderEliminarMucho animooo, besitoss
¿Con humor, Furia? No te creas... qué remedio, ¿no? De todas formas, son cuatro horas, veinte semanales, vale, y horas bonitas aunque me canse mucho.
ResponderEliminarMuchos besos, guapísima, y gracias de verdad por tus piropos.
Noel, no es novedad, siempre estoy ajustadísima así a que seguir igual y ya está.
ResponderEliminarMil besitos.
Tú lo has dicho, Onassis: no gano nada por seguir amargándome, y al fin y al cabo tengo casi igual que tenía (económicamente) y allí trabajo pero a gusto, podría ser realmente mucho más desagradable y tendría que aguantarme igual.
ResponderEliminarVenga, al menos hay dos días de descanso por semana, y el míércoles que viene también es festivo.
Muchos besitos.
no cabe duda que a un lado y al otro del mundo todo es igual mi Jana! las mismas penas y las mismas equivocaciones uhg, no queda sino echarle ganas, te abrazo fuerte!! :D
ResponderEliminarSiempre las mismas equivocaciones, Flora, y siempre los mismos perros con diferentes collares chupando la sangre. Por eso se pierden las ganas de luchar, porque al final los que ganan siempre son los que se han quedado sentados dirigiendo a los desgraciados como si fuéramos piezas de un gran ajedrez.
ResponderEliminarUn montón de besos, preciosa.
Tienes un trabajo, ya por eso te envidiaría más de uno, y encima te encanta, por eso te envidiarían muchísimos. Como alguna pega había de tener, tiene la del sueldo que le vamos a hacer...pero que eso no empañe el resto de cosas buenas que tiene tu trabajo para ti.
ResponderEliminarBesitos.
Completamente de acuerdo, Jo, ésa es la conclusión a la que he llegado después de unas horas de cabreo y frustración. Tengo un trabajo y encima me gusta, al fin y al cabo, hace tres meses estaba barriendo el pueblo (¿te acuerdas?) e intentando lidiar con compañeras cabezonas y obtusas, cómo se va a comparar. Y cobré menos.
ResponderEliminarMuchos besitos.
Haces bien en quedarte con lo positivo y con el placer que te da el trabajar con esas personitas que el dia de mañana te recordarán con el mismo cariño que Juanjo las recuerda.
ResponderEliminarPero es un asco que las cosas estén así y que los políticos no hagan nada por remediarlo. Eso sí...sus sueldos creo que son algo más altos de 407 euros... y seguirán subiendo...
Besitos Jana
Adel
Sí, Adel, yo también creo que su sueldo es un poquillo más alto... unas diez o veinte veces más, aproximadamente.
ResponderEliminarPero, bueno, estoy de acuerdo completamente con eso de que "no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita".
Mil besitos!
La verdad es que con lo que te dan no te animan mucho a trabajar,pero claro esta que no te comes tanto la cabeza como si estas en casa sin trabajar,pero tienes una pequeña ventaja que trabajas en lo que más o menos te gusta o por lo menos no te disgusta,y eso a la larga ganas en salud y en autoestima,porque aveces ganas solo un poco más ,pero estas fregando retretes o en una residencia geriátrica donde ves como la vida se esfuma,en fin que hay que ver la botella llena a medio vacía,porque sino habría que decir que paren el mundo que me bajo.
ResponderEliminarClaro que sí, Miguel, lo bueno es eso, lo mucho que me gustan los niños, me gusta darles cariño y ellos lo devuelven con creces, sin hipocresía, siempre que he cuidado niños me he sentido muy realizada y correspondida, y eso ya lo creo que sube la autoestima, que yo la suelo tener subterránea.
ResponderEliminarMuchos besitos.
Pienso parecido a ti en ese aspecto. Prefiero cobrar poco y sentirme realizada con lo que estoy haciendo, que cobrar una millonada y demostrar al Mundo que cobro por robar o por decir cuatro gilipolleces y no solucionar nada.
ResponderEliminarMe alegro que seas feliz en tu trabajo con bebés. Yo también estudié para ello un superior y algún día lo retomaré. Por ahora vamos con los estudios superiores!
Saludos y ánimo. Son 400€ pero menos es nada. Y te sientes realizada!
¿Estudiaste un superior de jardines de infancia? Ay, qué genial, Misaoshi, la verdad es que cada día hay más demanda porque con esto de que padres y madres intentan trabajar, los niños necesitan muchas más guarderías que antes. Y si te gusta dar cariño y recibirlo, allí sí que te sientes realizada y feliz, incluso cambiar pañales, que a mucha gente le da asquillo, es de lo mejor, porque es un momento muy íntimo que compartes con el peque, le haces cosquillitas, le das besitos, y se encariñan más y tú... por supuesto.
ResponderEliminarMuchos besitos, guapa, me encanta que en esto pienses como yo.
Estoy muy orgullosa de tí, Jana.
ResponderEliminarMaripiliiiii no me digas las cosas así, que cuando tengo el día tonto me pongo más tonta todavía, espero que me entiendas.
ResponderEliminarGracias, cariño.
Comprendo tu indignación cada uno sabe las suyas! desde aqui y mi primera vez en leerte solo puedo decirte que animo que vlvere y que espero leerte siempre sincera sino que sentido tendria! muchos besitos
ResponderEliminarAniña, acabo de pasarme por tu blog antes de contestarte y ya te he dejado allí dicho que me gustan tus últimas entradas, cuando pueda iré a leerte más tranquila.
ResponderEliminarGracias por pasarte y espero que sí, que vuelvas, guapa.
Besitos.
el sistema no respeta el trabajo
ResponderEliminarMe resulta competamente trágico lo que cuentas. Sé que es real porque conozco el paño muy bien. Toda mi vida laboral la he invertido en eso. Muchos años y sudores costó dignificar el sector pero ya veo que, como tántas cosas, ha vuelto a su dimensión misewrable, menos que el paro como tú dices. Lo único que no te acepto es que no te consideres luchadora. No sé si hoy tendreía yo valor para levantarme cada mañana y trabajar sabiendo lo que me espera a fin de mes. Un beso encendido de un jubilado
ResponderEliminarPagarán muy poco pero por lo menos haces lo que te gusta que es lo mas importante, trabajar con niños es lo mas lindo que puede haber...
ResponderEliminarYa puse el hermoso premio que me regalaste y ya lo obsequié también, buen comienzo de semana, mil besitos ♥
Joaquín, el sistema parece que se lo pasa todo por el forro y que piensan con los pies.
ResponderEliminarGracias por visitarme.
Querido Antonio, siempre se decía que "pasas más hambre que un maestro de escuela". No es que sea maestra, sólo auxiliar de guardería, pero sí que la cosa va por ahí, y cada vez más. Por mucha vocación que se tenga, con el estómago vacío cuesta más.
ResponderEliminarMuchas gracias por venir por aquí, sigo tu blog y me encanta y me motiva, está estupendo.
Un gran abrazo.
Pues eso, Lenn, es lo que me consuela, que el trabajo sí me gusta y mucho, aunque te confieso que a veces llego reventada, entre cogerlos en peso mil veces al día y escuchar llantos de uno u otro casi constantemente, me agoto, pero compensa.
ResponderEliminarYa he visto que pusiste el premio, guapísimaa. Te lo mereces.
Mil besitos.
Interesantes y divertidas las reflexiones.
ResponderEliminarPare ser feliz creo que es más facil querer lo que se tiene e lugar de andar siempre deseando aquello que falta.
Me encantó la pintura que llevas contigo a todas partes, es realmente impactante.
Me encanta saber que, pese a los contratiempos que la vida nos depara, tú consigas mantener esa actitud positiva que tanto te caracteriza, Jana.
ResponderEliminarDisfruta de tus peques, que es lo que importa.
Por mi parte, yo estoy trabajando 20 horas semanales por 200€ y estoy realmente encantada de poder trabajar a media jornada y compaginarlo con mi último año de carrera.
El dinero no es lo que prima, sino la experiencia, lo que el trabajo te aporta como persona y como profesional, y se nota que tus peques te llenan de alegría cada día.
Besos y ánimo linda! :)
Ceci, eres la primera que se fija en ese cuadro que tanto adoro, "entre les trous de la memoire", eso me ha encantado.
ResponderEliminarGracias por pasarte, ahora iré a hacerte una visita.
Besitos.
Sandra, ahora me siento avergonzada por haberme quejado, leyendo que tú trabajas las mismas horas por la mitad. Creo que si me sentó mal fue por ser un trabajo "asegurado", y de la Junta de Andalucía, que se supone que deberían pensar un poco más en sus trabajadores que cuando nos conformamos con algún trabajo "sumergido", ¿no? Pues si no recurriéramos cuando podemos a esa economía sumergida, ¿cómo íbamos a vivir, a afrontar pagos, a comer...? Es todo una asquerosa hipocresía, se les debería caer la cara de vergüenza.
ResponderEliminarMil besitos, Sandra, y ánimo también para ti.
Hola Jana de la niebla. Creo que lo importante es que tienes claro que estamos en esta vida para tratar de ser felices. En la vida moderna, las claves de la felicidad están en los ámbitos que podríamos denominar salud/higiene, laboral y afectivo/familiar. En la parcela laboral, la felicidad te la va a dar trabajar en lo que te gusta. Ganar más dinero, evidentemente evita muchos problemas, pero en sí mismo, no es una clave de la felicidad.
ResponderEliminarAsí que ánimo, con esa capacidad que hay en tí para ser feliz, el dinero es un añadido, que seguro llegará más tarde o más temprano.
Pepe, siempre me da mucha alegría que te pases por aquí; estamos de acuerdo, el dinero ni mucho menos da la felicidad, y tengo muy comprobado eso de que mientras más se tiene, más se quiere y más se necesita, así que no es garantía ni de tranquilidad. Claro que a veces nos indignamos, normal; y otras veces, como hoy, sí que pienso que me sentiría bastante mejor pensando que a fin de mes ganaría mucho más, porque, ay, hoy vengo... reventada, harta de escuchar llantos y no poder consolarlos, cansada de niños acostumbrados a los brazos y que sólo callan cuando los coges... algún día haré una entrada sobre eso, me imagino, porque hay qué ver cuánto daño hacemos a nuestros niños con eso de darles todos los caprichitos con tal de no oírlos llorar, da una penita de ellos...
ResponderEliminarBueno, no me quejaré más. Muchos besitos, Pepe.
¡indignado/da,rebélate solo o en un conjunto,pero rebélate.
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