¿Cómo reza ese dicho de "en casa del pobre..."? Ah, sí: la alegría dura poco en casa del pobre, ¿no?  
  Pues eso: me ha durado un par de meses... bueno, cuatro. ¡Tampoco está tan mal! La alegría que me llevé, eso sí, no me la quita nadie.
  Os contaré:
   Resulta que tenía una noticia para mí muy guay, que me había callado en el blog. Primero la callé porque sucedió en esa época en la que no escribía: a finales de mayo, mutis total por aquí, no había manera de ponerme las pilas, y me daba cosa de abrir el blog para algo así, no sé, después de dos meses sin dar señales de vida.

  Así que pasaron los días y cuando retomé el blog, la verdad, aquello ya estaba lejano en el tiempo, así que pensé: cuando sea la entrega y tal, con alguna foto, hago una entrada y todo genial.
  Pues...

TOY GAFÁ!!!



 ¡Sí, sí, sí, toy gafá totalmente, tengo el gafe colgado! ¡No se me ha cruzado uno, sino al menos tres gatos negros! ¡O cuatro!

 Bueno, y todavía no he explicado nada. Brrrrrrr.

 Pues la noticia tan guay para mí es que en mayo supe que había ganado el primer premio de Relato Corto de adultos Sebastián Cuevas, un certamen que se celebra en Córdoba, de Relato y Poesía, primer premio y accésit, cuatro categorías: infantil, juvenil, adultos y mayores. 
  Yo llevaba tiempo sin mandar nada a concursos, la verdad, porque vas escribiendo cosillas y las antiguas te van pareciendo más malas, y al final piensas que no merece la pena y estás más tranquila así. 
  El primer año que empecé a escribir relatos, en 2009, envié por lo menos seis o siete, a concursos por e-mail, yo tan ilusionada... Y, claro, ¡nada de nada! Así que enseguida tiré la toalla y pasé de todo.
  Después hicieron un concurso aquí en el pueblo, me sentí bastante obligada a participar y, por suerte para mí, lo gané. Gracias a ese concurso tengo este ordenador (era el premio) y me dediqué al blog, donde os conocí a vosotros y con el que he llenado, y lleno, tantas horas, así que bendigo el momento en que me decidí a presentar algo a ese certamen.
  El año pasado, con la novedad del blog, no escribí más que un relato, que fue aquel de "Cosas De Pareja", lo acabo de enlazar -(¡me siento muy orgullosa de mí, que antes no sabía enlazar y lo he aprendido sola, hala, probando!)- y constaba de tres páginas.

  Así que cuando vi el anuncio en la tele municipal (que suele traerme suerte, manías mías, vi un par de cursillos anunciados en ella y nos llamaron a Anais y a mí para cada uno de ellos) y cogí el teléfono. Cuando vi en las bases que los relatos debían tener un máximo de tres páginas, pensé: ¡eureka! 
 Y es que, como veis, entre lo que trae mala o buena suerte, me pierdo; ahí sí que soy más supersticiosa que un marino.

 Así que entregué las copias para el concurso el último día, justito, y me quedé tan creída en que el concurso se fallaba a mediados de abril -no sé de dónde lo saqué- para que la entrega de premios fuera en la feria del libro.

 Pasó mediados de abril, pasó la feria del libro y yo pensé: "lógico y natural", y no pensé más en ello.

 Y luego, a mediados-finales de mayo, empecé a recibir por las mañanas llamadas de un fijo con el prefijo de Córdoba. 

 Yo estaba trabajando, como recordaréis, en la guarde, y no era cosa de llevar el móvil colgado por todas partes, así que no pude contestar a ninguna llamada. Llamé a mi vez por la tarde, pero nadie lo cogía, pues vale.

 Y así hasta el 1 de junio, viernes, que de pronto, por la tarde, me contestaron. Era el conserje, y la dirección que me dio al contestar era la del centro donde yo había mandado el relato.

 Y él no sabia nada de nada.

 ¿Os imagináis qué nervios? ¡Empecé a pensar: ¿y si me equivoqué de fecha, y tengo algún premio?!

  Lo que pasa es que lo piensas sin creértelo en realidad, ¿verdad?, igual que piensas: ¿y si me toca la lotería...? Pero cuando pensaba que  podía ser... 

 ¡Uau!

 Total, yo tampoco me acordaba del nombre del certamen (Sebastián Cuevas, no es fácil de recordar sino tienes un interés determinado), pero buscando, en papá Google, di con la tecla.

 Y ahí lo vi: acta de ganadores del XIII concurso Sebastián Cuevas.

 Es un pdf. Lo descargué. Era una larguísima lista. La miré.

 Primero busqué en "mayores", tonta de mí. Claro, mi nombre no estaba.

 Me sentí desilusionada, me dije: so tonta, no sé ni para qué has mirado, seguramente te llaman para invitarte a la entrega de premios, por haber participado.

 Pero es que se supone que no se debe abrir las plicas de los participantes que no han ganado, ¿no? así que no tenían por qué saber quién ha participado o no.

 Bueno, pero tu nombre no está.
 Vale; y seguí mirando el resto de los nombres, desde "infantil" hasta "mayores".
 ¡Y entonces vi mi nombre, con todas sus letras: 1º , adultos, relato, "Cosas De Pareja"!
 ¿Os imagináis qué emoción sentí?

 Dije: ¡guau!, lo juro, o sea, ladré en primer lugar. Y se lo dije a M.P. y llamé a Anais, que estaba trabajando.

  Y me quedé atontadita, muy feliz conmigo misma, pensando que justo el relato ése que no parecía escrito por mí, que era como otro estilo... 

 (pues vaya).

 Al día siguiente lo miré todo de nuevo en Internet. ¡Me hacía ilusión! Y leí las bases.. Y entonces, leí: la entrega de premios será en el Jardín Botánico, el 1 de junio.

  El 1 de junio había sido el día anterior.

  ¡Y nadie sabía nada! ¡Nadie contestaba a ningún teléfono! Yo, pensando: ¿me habrán quitado el premio, al no encontrarme? Pero... ¡es que no se han matado buscándome, nunca me llamaban por la tarde!

  Bueno, aquellos dos días fueron para mis nervios... café por vena.

  Por fin, se me ocurrió llamar al Botánico, que era seguro que estaba abierto, y allí ya me dijeron que el acto no se había celebrado.

 Pues menos mal...

 El lunes, día 3, hablé con alguien del centro, le dije quién era, me dijo que la entrega de premios se celebraría en septiembre u octubre, por el hecho de que había colegios que participaban y tal.

 Yo tenía gran ilusión en el premio: un cheque de 180 euros a gastar en libros, algo maravilloso cuando sabes que, si te dan dinero, no te lo vas a poder gastar en caprichos sino en cosas mucho más vulgares y necesarias, como comida, agua, luz, etc. Por eso me había hecho tanta ilusión el ordenador -yo no me lo hubiera comprado- y por eso estaba tan feliz con este premio.

 Tengo montones de libros que, de puro leídos, están rotos y hechos piscos, ésos eran los que quería renovar, iba haciendo listas por aquí y por allí...

 Pues ahora, ya en octubre, me dicen que no se sabe cuándo -ni si alguna vez- se dará el premio.

  Resulta que la librería que se encargaba, durante los anteriores doce certámenes, de cambiar el cheque por libros, se ha negado ya -¡y con razón!- a seguir participando.

 Es decir: mientras los responsables de este premio (es decir, el Ayuntamiento)  no le paguen lo que no le han pagado todavía.

 ¡Y me toca a mí! A mí y a los demás premiados, claro está, pero ¿no es el gafe más total?

 Oye, que cuando me premiaron la novela Su Mirada Azul Escondía Un Misterio, tenía que haberse publicado también para la feria del libro del 2005...  pues ¡se publicó en Navidad de 2008! y agradecidísima, porque por un tiempo hasta peligró la editorial que daba los premios, así que...

(como veréis, el gato, al verme, se eriza como si hubiera visto al lobo...)

 ¡Rezad para que no me contraten en ningún sitio los diez años que me faltan para cobrar jubilación (imaginad), porque, como lo hagan, ya podemos dar por perdida, completamente, la Seguridad Social y los planes de pensiones del Estado!

           ¡Tiembla, mundo, Jana la de la Niebla se acerca...!

P.D. Olvidé decir que, si estoy aún más indignada, es porque ahora ese relato que debía estar bastante bien puesto que lo han premiado, ya es como si no me perteneciera: no puedo enviarlo a ningún otro sitio porque siempre te piden relatos "que no hayan sido premiados en ningún concurso anterior", tampoco va a ser publicado (de todas formas, no lo publicarían porque no hay dinero para imprimir, eso me lo dijo la muchacha cuando hablé la primera vez con ella), total, que es un relato que va directo a limbo.
 ¿No es más cabreante todavía? ¿Qué haríais vosotros? Y no tengo armas, así que no vale decir que vaya p'allá y me los cargue a todos.
 Pero una tomatada, a lo mejor...