lunes, 9 de enero de 2012

   Como no tengo excusa de ningún tipo, sólo me queda desearos

                             FELIZ 2012
                                                para todos.
   Y como últimamente la pereza puede más que yo, intentaré volver a poner al menos una entrada de vez en cuando, una por semana... espero... lo intentaré porque, aunque es verdad que vengo cansada y que hace frío, todos venís cansados e incluso más que yo, que sólo trabajo cuatro horas, y todos (supongo) tenéis frío, y sin embargo no abandonáis vuestros blogs como he hecho yo este último mes. Tenía pensadas entradas de felicitación, alguna canción, algún poema, y el relato que voy a poner ahora, que lo escribí hace más de un año y aunque es muy inocentón me parecía que quedaría bien para Navidad, pero al final estamos a 9 de enero y no he hecho nada. Bueno, he hecho tres bufandas (una para mi niña, otra para la novia de mi hijastro y la tercera para mí) y he leído muchísimo, pero libros que ya conocía "par coeur", aunque  siempre me parecen nuevos: de Ágatha Christie y de Jane Austen. También he pasado un gripazo bastante bestial, y pude salir a bailar en Nochevieja, y además no me dolieron ni los pies, ventaja de estar todas las mañanas corriendo por la guarde.
  Siempre se hace algo, aunque no lo parezca...
   Y ya no digo más. Intentaré de verdad volver a las buenas costumbres de antes, y empiezo con el relatito:


                                                         
                                                              LA   MUÑECA   TRISTE

-¡Piiiiiii...! ¡Piiiiiiii...! -pitaba el trenecito, tratando de aumentar su velocidad al pasar por las curvas.
-¡Más deprisa! ¡Más deprisa! -le animaban los cow-boys, firmes sobre sus bases planas de plástico. Uno de los indios se tambaleó, a punto de caer.
El relincho del caballito balancín sonó como una risa.
El ratón pardo se cruzaba a saltitos por las vías, siempre atento a que el tren de juguete estuviera bastante lejos de él.
El plumero se agitaba rápido,como si bailara, y a veces les hacía cosquillas a todos, y todos reían.
La única que no reía era la muñeca.
-Vamos, tonta, ¿no estás aquí mejor que abajo? -le dijo, razonable, la estufa vieja, que ya no calentaba.
La muñeca no contestó, pero se acercó a la estufa como si sintiera su inexistente calor.
-¡Piiiiiiii...! -volvió a gritar el trenecito rojo, deteniéndose despacio, un poco cansado.
Toda la exhibición en honor a la muñeca triste estaba resultando inútil. Los cow-boys bajaron de un salto, subieron a la diligencia y la miraron desde allí.
El ratón se le acercó, todavía jadeando.
-Pero no llores -le dijo, al sentir que una lágrima mojaba su cabeza, como una ducha templada.
-¿Por qué no me quieren ya? -repitió la muñeca. Era lo único que había dicho en los días que llevaba allí arriba, arrinconada en el desván.
-No es que no te quieran -le aseguró el plumero-. Es que tienen otras distracciones: la Play Station, el ordenador... juegos que no ensucian, y que hacen poco ruido porque se pueden poner esas cosas en las orejas. Así no molestan a sus padres, que están siempre ocupados.
-Pero Laurita dormía abrazada a mí todas las noches... -dijo la muñeca.
-Antes también dormía abrazada a mí -terció desde un rincón un osito de peluche al que le colgaba el botón negro y brillante que le hacía las veces de ojo-. Hasta que viniste tú.
-Lo siento mucho -se disculpó la muñeca, mirándolo apenada.
-¡Pero si yo no estoy enfadado contigo! -le aseguró el osito-. Es ley de vida. Aquí soy muy feliz, siempre jugamos y nadie se da cuenta si nos movemos de un lado a otro.
-Pero ¿no echáis de menos a los niños? -preguntó, extrañada, la muñeca.
El trenecito rojo pitó, afirmando:
-¡Sííííííííí...! ¡Síííííííí...!
-Pero tenemos que adaptarnos -le explicó un indio que permanecía siempre agazapado, con una rodilla apoyada en la base sobre la que se mantenía derecho.
-¿Y ya vamos a estar siempre aquí? -preguntó la muñeca.
El osito negó con la cabeza, explicando:
-Cada año sube la mamá, escoge a varios juguetes y los mete en una gran caja de cartón. Pero, si eres lista, cuando oigas los pasos te esconderás.
-¿Por qué?
-No sabemos adónde se llevan esos juguetes.
-¡Yo sí lo sé! -intervino el plumero-. Los llevan “al or-fa-na-to”.
-¿Y eso qué quiere decir? -preguntó el ratón.
-No lo sé -bailoteó el plumero, despreocupado.
-Pero será mejor que te escondas -repitió el osito-. Yo me meto dentro de la estufa.
-¡Y yo! ¡Y yo! -aseguraron otros juguetes.
La muñeca pensó que no se esconderia. No sabía qué era un “orfanato”, pero ¿y si era mejor que el desván?
    Pasó el tiempo y cada día hacía más frío. Primero, las hojas de los árboles fueron poniéndose doraditas, como los panes que traía Mamá de la compra; después, una tras otra, fueron cayéndose de los árboles.
La muñeca miraba desde el ventanuco del desván y preguntaba: ¿adónde irán las hojas que se secan?, pero nadie sabía darle una respuesta.
Después empezó a llover. Llovía, y el agua formaba arroyitos en las calles, que se llevaban las hojas entre remolinos castaños. Cuando dejaba de llover y el sol salía, templando un poquito el paisaje invernal, los charcos brillaban y el agua hacía extraños arco iris al mezclarse con el aceite de los coches.
Más tarde el frío se fue haciendo muy intenso. La muñeca se estremecía, siempre asomada a la ventana, y una tarde, un poquito antes del anochecer, descubrió que del cielo descendían despacio plumones blancos como la espuma.
-Está nevando -le explicó la escoba vieja-. Ya mismo será Navidad.
Aquella noche Mamá subió con una caja. Todos los juguetes que pudieron corrieron a esconderse. Al trenecito no le dio tiempo, y Mamá lo cogió por las vías y lo guardó en la caja. La diligencia,llena de valientes cow-boys, corrió la misma suerte, y el roperito rosa, con sus vestidos de fiesta minúsculos, también.
La muñeca no se escondió. Siguió en la ventana, erguida, y Mamá la vio en el último momento, la cogió y la miró fijamente, nostálgica.
-Pobre muñeca -dijo, y la muñeca tuvo que hacer un esfuerzo para que sus ojitos pintados no se llenaran de lágrimas. Una muñeca no podía llorar, le habían dicho: se le borrarían los colores y se quedaría muy fea.
La muñeca fue a parar a la caja, y la caja, cerrada. Todo estaba oscuro dentro, y los juguetes guardaban silencio, asustados, sin saber qué futuro les esperaba. De vez en cuando, el trenecito hacía “pi...”
Tumbos, voces, un zumbido que les mareaba... Un golpe seco. Los juguetes entrechocaban. Y silencio.
De pronto, una luz hirió la oscuridad. Unas manos tiernas los fueron sacando uno a uno, envolviéndolos y colocándolos cuidadosamente bajo un gran árbol en el que chispeaban mil lucecitas de colores. 
La muñeca, estremecida de miedo, oyó muchas voces… voces de niños que se abalanzaban sobre el árbol.
-¡Un tren! -gritó alguien-. ¡Qué bien lo vamos a pasar!
Y, gozoso, el pitido de su amigo el trenecito rojo, corriendo alocado sobre las vías: “¡Piiiii! ¡Piiii!”
Un momento después, unas manitas rasgaron el papel que envolvía a la muñeca. Una dulce carita, unos ojos brillantes como la luna en el fondo de un pozo, una vocecita que decía:
-¡Es la muñeca más bonita del mundo!
La muñeca pensó: “¡pero si para esto fui hecha!”, y se acurrucó, feliz, entre los bracitos de su nueva mamá.
Afuera seguían cayendo blancos copos de nieve, como las plumas de las alas de un ángel.
Era la mañana de Navidad.

32 comentarios:

  1. Hola mami2!! he vuelto y con todas las energías del mundo mundial, me ha encantado tu relato.. tú siempre tan especial.
    Espero que todo esté bien, me pasaré ahora por el de tu (mi) niña preciosa a ver qué tiene de nuevo.. vuelve por aquí que si no te echaré de menoooosss! miles de besitossss

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  2. Feliz 2012 a ti también,Jana^^ Se te echaba de menos por aquí.
    El relato me ha encantado,es muy tierno y eso de dar los juguetes que ya no se emplean para que otros puedan disfrutarlos me parece una de las mejores cosas que se pueden hacer.Cuídate mucho,un abrazo!!

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  3. feliz año...y buenos reyes...son esos

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  4. Los pelitos de punta me has puesto y te lo digo de verdad eh!¡.

    Me ha recordado al relato que yo escribí acerca de una muñequita que corría una suerte parecid, ¿te acuerdas de ella?.

    En este caso la muñequita ha tenido la mejor de las suertes, verás que feliz va a ser con esa linda carita sonriéndole siempre, seguro, que jamás, jamás, se olvida de lo bonita, que es su muñeca.

    Yo no se por qué pero en un momento me he sentido como esa muñequilla, quizás un día, alguien me abrace diciendo que soy la muñeca más bonita que han visto, ¿no?...

    (sensible que está una xD).

    Besazos mil Preciosa Gatita Blanca.

    =^.^=

    PD: mi niña, tú "regalito" (es que no sé como llamarle a eso a día de hoy de verdad xD), ya lo tienes por mi blo, espero de verdad que por lo menos no te deje muy mal.

    ¡Muuuuackis!

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  5. Halaaaaa qué bonito cuento. Al principio, cuando habla de que la mamá se lleva los juguetes al orfanato, me he sentido mal...yo también hago limpia cada año y los llevo a cáritas, pero bueno, así regalamos nuevas ilusiones a desconocidos, no?
    Un cuento muy chulo, Jana, y no te sientas obligada a mantener el blog, los que lo hacemos es porque somos unos frikis sin vida social jajaajaja.
    MUACK

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  6. Qué bonita historia...

    Bueno, al menos espero que disfrutaras de la Navidad :)

    Saludos ^^

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  7. María, preciosa, ya sé que has vuelto, me he pasado por tu blog y he visto que estás pletórica. ¡Me alegro muchísimo! Yo, como ves, últimamente no doy un palo al agua, y de Anais ni hablemos, está echando muchas horas en el trabajo y además se ha apuntado al gimnasio así que tiene su blog mucho más abandonado que yo.
    Feliz 2012, guapísima, de tu Mami2.

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  8. Querida Ví, no estaba segura de si eras tú, he tenido que buscarte en blogger para comprobarlo. ¡Me gusta mucho más llamarte Ví que Víbora, de verdad!
    Espero seguir por aquí tan a menudo o casi como antes, a pesar del frío y las pocas ganas que tengo últimamente de nada. ¡El movimiento se demuestra andando, así que al menos intentaré no seguir escondiéndome como hacía antes!
    Mil besos, guapísima, y al ataque con el nuevo año, que está en blanco todavía.

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  9. Noel, lo mismo te digo. Espero que los Reyes hayan sido buenos contigo, si tú fuiste bueno todo el año... que seguro que sí.
    Muchos besitos.

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  10. Pequeña Dawa, ya hemos comentado muchas veces esa rara conexión que hay entre nosotras, así que no nos extrañemos de nada. Te debo un correo con unas cuantas paranoias que te comenté.
    Ahora me pasaré por tu blog a ver mi regalito, que he llegado de la guarde y me he embalado a meterme en el blog para no dejarlo todo otra vez.
    Mil ronroneítos suavísimos...

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  11. Maripili, no te he comentado en tu blog pero lo leí (las entradas que faltaban) antesdeayer, ya volveré con más calma. También te dejo mi correo: anavegaburgos@hotmail.com, que lo habías perdido. No te tengo abandonadita, sólo a la hora de escribir... No te rayes por tener síntomas raros, yo he estado desde el 22 mala, con un sueño tremendo, tos, la nariz tapada, hecha pizcos... se me pasó dos días y otra vez estoy igual, pero todo es por la falta de lluvia, que no se despeja el ambiente, y tú con esa cámara fría en la que entras constantemente ¿cómo no vas a sentirte fatal? A mí me pasa igual pero al revés, en la guarde hace muchísimo calor, salgo acalorada y antes de que note el frío ya me he resfriado una vez encima de otra.
    Muchísimos besos, y gracias por venir enseguida a visitarme a pesar de mi poca vergüenza de los últimos tiempos.

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  12. Misaoshi, ¡feliz 2012! No he pasado muy buenas navidades por el resfriadito gracioso que he tenido, en Nochebuena me fui un par de horas de bares, por la tarde, pero a las 10 ya estaba acostada, sí, mu malita que estaba yo, y en Nochevieja sí que me dio igual y salí, y lo pasé genial, ¡llevaba sin salir de juerga tres meses! Y ahora a seguir la rutina... hasta el Carnaval, que espero no volver a ponerme mala, joder, que parece que los hados no quieren serme propicios ya.
    Mil besos, guapísima.

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  13. Pues sí, Janita, tu desvergüenza es tan grande que no sé si podré perdonarte algún día....(jijiji)

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  14. Porfa, Maripili, porfa... me cubriré de cenizas y haré penitencia, o mejor, me encadenaré al ordenador. Yo sé que mi Maripili es de dulce.

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  15. Precioso relato Jana, no sólo lo digo yo, que tengo la sutileza de un elefante en una cacharrería; lo dice Gonzalo, mi hijo de 5 años.
    Se lo he leído en la cama (bueno a él y a sus compañeros de sueños: 2 perros de peluche, Caillou, Bob Esponja en pijama y Woody el vaquero). De verdad le ha gustado mucho porque todos los años para Navidad, igual que en tu relato, selecciona alguno de sus juguetes para "los niños de África", como él los llama.
    Besos apretaos de los dos.

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  16. Libertad, me alegro muchísimo de verte de nuevo por aquí. Que el 2012 sea un muy feliz año para ti, cariño.

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  17. Pelayo, no sabes qué ilusión me hace que me digas que a tu Gonzalo le ha gustado, porque desde que volví a escribir, en 2009, fue para centrarme en los peques, es lo que más feliz me hace escribir, y ellos tienen que ser los mejores jueces para juzgar lo que escribo. Dale un besazo de mi parte y a todos sus compis de sueños, también. Por cierto, Woody es uno de mis favoritos, se hace querer, ¿verdad?
    Besos apretaos, nieblerillo.

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  18. Un cuento de navidad maravilloso. No podría ser de otra manera viniendo de ti.

    Enhorabuena
    Besos

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  19. Muchas gracias por pasarte por mi blog y comentar,me alegro que sigas pasando a pesar de que no tengas mucho tiempo.
    Me ha hecho gracia de que decías que no habías hecho nada,bueno si tres bufandas,pues seguro que esas bufandas no se hacen en un plis plas,pero no te disculpes por no escribir lo importante es que no sea una obligación sino un placer,pues cuando las cosas se hacen con placer salen solas,y se disfrutan mucho más solo tienes que ser tu misma cualquier cosa que pongas será bienvenida.

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  20. Después de esta entrada no tienes excusa.

    Ánimate! Un besote

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  21. Feliz Año a ti también, Jana ^^ Preciosa historia, un abrazo muy grande

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  22. Me alegro de que te haya gustado, Trini. Gracias, preciosa.
    Muchísimos besos.

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  23. Seña, gracias por tu visita, en cuanto pueda te la devolveré. Un beso.

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  24. Tienes razón, Miguel, pero si no me obligo un poco al final se va pasando el tiempo y cada vez es más difícil decidirse... como pasa con tantas cosas.
    Muchos besitos, y hasta muy pronto.

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  25. Canoso, gracias por pasar, de verdad que seguiré por aquí y ya tengo que ir poniendo otra entradita. Mil besos.

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  26. Carol, ¡cuánto tiempo! Muy feliz año, preciosa, y no dejes de seguir hablándonos de tus refranes, que se echan mucho de menos.
    Mil besazos.

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  27. Un cuento precioso, muy tierno. Acabo de imaginarte contándole cuentos a esos niñitos de la guarde, deben quererte un montón.
    Besitos.

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  28. Precioso cuento !!!!!! Feliz año guapaaaaa .Besos

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  29. Jana cielo es un relato preciosísimo, dulce al igual que lo eres tú.
    Disculpa que no me haya pasado antes por aquí pero ando loca con la faena y no tengo demasiado tiempo para pasar por los blogs.
    Un fortísimo abrazo de todo corazón y me alegro de que ya estés de vuelta

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  30. Cuanto tiempo Jana, aunque yo también he descuidado el Blog y a mis amigos, supongo que en épocas que uno anda mas atareado deja el blog para el final, y bueno es lo normal porque hay que vivir. en fin me alegro de verte por aquí, y una noticia ya he terminado el relato... !Bufff¡ Y aparte de eso vamos a ver como se nos da este año. Deseo buenos augurios para todos. Un beso.

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  31. Un relato exacto para empezar muy bien el año. Abrazos.

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  32. Peque mia, que le he hecho la coña a la más enana en su blog y aquí estoy cumpliendo con lo dicho.
    El dicho es que, yo le he afirmado con rotundidad que por todos lados que conociera para avisarla de que su regalito lo tiene en mi blog, lo pondría y aquí me tienes, cumpliendo jajaaj.

    Eso sí, ni creas por un leve asomo que te vas a librar de que te mande un correo vamos jajaja

    (Si, si amenazo muhaha jaja).

    ¡Besazos Mil!.

    =^.^=

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Ana Vega Burgos
anavegaburgos,@hotmail.com