Ya hace bastantes años que se puso de moda el Botellón. Dios me libre de hablar en su contra: comprendo perfectamente sus ventajas. Los mismos padres ya lo aceptan alegremente: si tu retoño va a emborracharse de todas formas, por lo menos que lo haga económicamente, que la vida está mu achuchá. Seamos prácticos aunque parezcamos cínicos.
(Inciso: recuerdo una canción que cantábamos de pequeñas jugando al corro, y que decía más o menos así:
San Antonio bendito,
dame un marido
que no fume tabaco
ni beba vino...
Se ve que San Antonio nos escuchó y solucionó rápido el problema: ahora los chicos fuman porros y beben whisky, el vino es demasiado cutre para ellos)
En el botellón, por tres euros te tomas tres cubatas, menos de lo que cuesta uno solo en cualquier bareto normalito; y si eres rapidillo -o una esponja- pueden caer hasta cuatro o cinco. Por la música no hay apuro: con el súper-mega-fashion bombo a toda pastilla puedes escuchar las últimas melodías tipo "ay, súbete la farda, ay quítate la ropa" , etcétera, que a las chicas parece encantarles por lo requeteprofunda que es la letra, con ese mensaje nada subliminal.
(Nada que decir: para gustos, los colores. Yo bailaba "que se me ha muerto el canario" y tan feliz, cucha)
Pero como resulta que me tocó recoger los restos de la batalla cuando trabajaba aferrada a mi escoba, justo para la feria del pueblo, sí que he empezado a pensar un poquito más acerbamente. A cualquiera que se ponga con calcetines, zapatos de deporte, camiseta, pantalón largo (para no achicharrarnos con el sol ni pincharnos con objetos no identificados) y gorra, a los cuarenta graditos más sol del pleno julio de Córdoba se le debe disculpar con todo cariño que la amargura le ciegue.
Paso sin prejuicios por el Botellón -juventud, divino tesoro, adónde iremos a parar, etcétera-; yo también fui joven y me rebelé, como todos.
Paso porque los padres acepten pacíficamente una camada de cachorros alcohólicos sociales: yo también soy madre, y tuve que sujetar la cabeza de mi hija cuando vomitó sus tres primeros cubatas.
Pero ¿tengo que pasar también porque sean unos vándalos que se divierten repartiendo las botellas por todo el césped, cuanto más lejos del contenedor, mejor? ¿Tengo que pasar porque su distracción favorita, después de beber, sea comer pipas y tirar las cáscaras donde más difícil resulte barrerlas?
¿Debo aplaudirles por su generosidad al dejar -muy bien repartidas, eso sí, a más o menos dos metros unas de otras- botellas práctica y totalmente llenas de refrescos que ni se beben ni guardan para el día siguiente?
Vamos a ver, chicos: os quejáis de que ir de copas por los bares es muy caro, y yo os doy la razón con los ojitos cerrados; de que la cosa está mu apretá, y yo digo: que me lo cuenten a mí, que me he paseado con la escoba en la mano y la bolsa de basura cogida a la riñonera durante quince días por poco más de trescientos euros; de que "los que tienen" despilfarran y nosotros nos escoñamos (con perdón) por cuatro céntimos...
¡¡¡¿¿¿por qué ahora tiráis llenas las botellas de dos litros de coca-cola, seven-up o fanta???!!!
¡¿Por qué?!
Ah, perdón, no lo había oído: porque es papi quien te da el dinero para el botellón, claro. Es que si paga papi, ya no es lo mismo: el que despilfarra es él.
Pero, ¿por qué tiráis las botellas, vacías o llenas, lo más lejos posible del contenedor, en medio del césped, para que las del paro empleen tres horas en recoger lo que debería poder quedar limpio en una hora?
Pues claro, chico: porque mami -esa mami que hace unos meses también salió a trabajar sus quince diítas al paro- te dice:
-Yo ya tuve que recoger la mierda de los otros, ahora que la recojan ellas, faltaría más.
Y tú, ¿qué vas a hacer, obediente y no-pensante fruto de sus entrañas?
Si papi o mami te dicen:
-Que lo hagan las del paro, que para eso les paga el Ayuntamiento.
¿Cómo vas a contradecirles tú, que el día de Mañana -qué lejano, ni pienses en él- te quejarás muy cargado de razón de que ese mismo Ayuntamiento te fría a impuestos?
Si papi o mami te ordenan:
-Lleva el perro al parque, que el pobre tiene que hacer sus cositas...
Y tú vas alegre y felizmente a ver cómo hace caca el perro; a lo mejor te tapas la nariz y le dices: "¡qué guarro eres, Rocky!"; y el premio se queda ahí, humeante y oloroso, para que las del paro lo recojan mañana, y sin poder taparse la nariz porque en una mano llevan la escoba y en la otra el recogedor.
¡Si tendría que estar contenta de recoger esa caca de tu perro, porque el tuyo no es un chucho cualquiera, no, es un perro de marca, perdón, de raza! Él solito vale más dinero que el salario que va a cobrar la espabilá ésa del paro que no quiere dar un palo al agua.
Y además, que quienes lo dicen lo hacen con conocimiento de causa: desde que cumplen los dieciséis, todas las chicas del pueblo que se apuntan en la oficina del INEM (muchas lo hacen aunque sigan estudiando, por si cae algo) salen aunque sólo sea una vez a trabajar en el paro; son las novias, hermanas y madres de los chicos que hacen el botellón; son las mismas muchachas que el sábado se van también ellas de botellón, porque los domingos (a no ser que haya feria, como me coincidió a mí) no se trabaja en el paro, sino que una señora del pueblo va a recoger la basura que sus jóvenes paisanos tienen a bien esparcir por ahí.
-Que trabaje, joder, que para eso le pagan...
: veinte putos euros cada domingo, sí.
¿Sabéis?: seguramente esa señora necesita mucho, pero mucho, esos veinte euros que cualquiera de vosotros se gasta fácilmente en un par de hamburguesas y una sesión de cine en la que sería inicuo que faltaran palomitas y chuches. Por eso mismo, claro, no podemos dejar la zona del botellón tan impecable que no sea necesario su trabajo. (Tranquilos, tranquilos: no hay peligro por ese lado). Aunque... quizá... si cada grupo dejara juntitas y apiñadas todas las botellas, vasos y bolsas de plástico que se han usado por la noche tan alegremente, ni siquiera en una papelera, sólo todas juntas, al lado del banco en que os habéis sentado... las tres o cuatro horas podrían reducirse a la mitad.
Pero ¡¿qué sacaríais vosotros con eso?!
Nada. Absolutamente nada. A no ser que tengáis una mínima conciencia social, un granito de espíritu de solidaridad, un minúsculo pensamiento para el prójimo que quizá mañana puedas ser tú. O tu madre. ¡O tu hija!
Recoger los restos del divertido botellón no es divertido. Se te borra la sonrisa. Se te quitan las ganas de cantar. Empiezas a sentirte muy, pero que muy alejado de la juventud.
Te incorporas un momento con la mano en la cintura dolorida, soplas hacia arriba para refrescarte un poco la cara, miras a tu alrededor y te dan ganas de llorar.
Después vuelves a agacharte, recogiendo botellas y cristales rotos, y sin proponértelo, vas llegando a un estado de indignación en el que de pronto te encuentras al mando de un pelotón de guardias civiles, y les ordenas:
-¡Rápido! ¡Desplegaos por sorpresa, rodeadlos, que no escape ni uno!
Es gratificante. Puedes ver el círculo de guardias civiles cerrándose en torno a los incivilizados barbilindos; los bigotes de los miembros de la Benemérita enhiestos de gomina y severidad... Y escuchas:
-¡A ver, que no se mueva ni la pata de una hormiga! ¡Vosotros, todos:
A RECOGER!
Probablemente algunos ya no puedan dar ni tres pasos sin trastabillar, pero recogen, ¡ya lo creo que recogen!: todas las botellas juntas, en fila; todas vacías, para que las bolsas no pesen toneladas al tener que llevarlas hasta el lejanísimo contenedor; ni una bolsa de plástico al viento, ni un puñado de cáscaras de pipas, nada. ¡Qué limpio todo! ¡Qué paz!
Hasta los bigotes de los agentes caen, relajados...
Probablemente algunos ya no puedan dar ni tres pasos sin trastabillar, pero recogen, ¡ya lo creo que recogen!: todas las botellas juntas, en fila; todas vacías, para que las bolsas no pesen toneladas al tener que llevarlas hasta el lejanísimo contenedor; ni una bolsa de plástico al viento, ni un puñado de cáscaras de pipas, nada. ¡Qué limpio todo! ¡Qué paz!
Hasta los bigotes de los agentes caen, relajados...
Porque... ¿multas? Hay quien rechina los dientes al ver el espectáculo de la zona del botellón a la grisácea luz de la mañana siguiente y propone aleccionadoras multas a los botelloneros. Pero es inútil: la gran mayoría son ni-ni, o sea que la multa la va a pagar papá, que gruñirá y tal, pero ni siquiera exigirá, a cambio, que le laven el coche o que frieguen los platos de todos durante un mes. Ahora los padres ladran, pero no muerden. Y a los ladridos se acostumbra uno enseguida, o te plantas el mp3 y ya no oyes nada que no te apetezca oír.
Seguramente al año tocaría tres o cuatro veces: os juro que, sólo con una, bastaría para concienciarse. Os lo digo yo, que lo he vivido en mi piel.
¡Ojalá los Ayuntamientos tomaran nota de esta idea! Puede que alguno ni por ésas se mentalice, pero siempre estará por allí cerca otro que le diga: "¡eh, tío, cuidado con lo que tiras, que mañana me toca a mí!". Y a lo mejor añade: "¡Te parto la cara!"
(A veces es hasta relajante amenazar con recurrir a la violencia).
Y cuando oigáis: "tíralo ahí mismo, va, que hay que dar trabajo a las barrenderas", pensad esto:
Para dar trabajo a las barrenderas ya están los árboles, que nos dosifican sus hermosísimas hojas doradas dulcemente, sin prisa pero sin pausa; o el viento, que juega a soplar justo cuando acabas de reunir un lindo montoncito y vas a buscar el recogedor...
No os preocupéis por las barrenderas: tienen trabajo, no necesitan para eso de vuestra colaboración.
De vuestra empatía, de vuestra solidaridad, en cambio, sí: todos lo necesitamos, si queremos, MAÑANA, tener aunque sea únicamente nuestro inalienable derecho al pataleo.
Firmado: La Bruja de la Escoba.
Hola Jana bonito post, a veces pienso cuantas multas se habrán puesto por el botellón, recuerdo en una ocasión la guardia civil para un coche y el que conducía, antes de pasar la prueba del alcohol empezó a correr y dar saltos, por si bajaban los efectos, pero nada el guardia civil se reía esperando que terminara de correr, al final positivo.
ResponderEliminarte deseo una bonita semana.
un abrazo.
Cuánto tiempo, Ricardo... sí que quizá he sido un poco corrosiva en esta entrada, pero es que, joder, ya que beben, al menos que lo hagan civilizadamente. Me tocó mucho la moral recoger los restos a 40 grados.
ResponderEliminarBesitos.
De corrosiva nada Jana, las cosas son como son, eso toca la moral a cualquiera, digo yo que si de la misma forma que llevas la bolsita con las cosas de la misma forma las puedes recoger y tirarlo a un contenedor. Y lo peor que te cortes con un cristal o con lo que sea, hay te pones de mala leche. Nada quejate lo que quieras que tienes razón. Besos
ResponderEliminarMenos mal, Onasis, que llevo toda la mañana sintiéndome la bruja mala de la película pero quería exponer todo lo que sentí aquellas dos mañanitas de recoger botellón esparcido. Necesitamos cursillos intensivos de valores, no cabe duda.
ResponderEliminarBesitos.
Hola Jana
ResponderEliminarTienes toda la razón, y luego, después de tanto despilfarro, suelen ser esas familias las que más se quejan de "cómo va el país", después de dar a sus niños de dieciseis añitos todo lo que quieren: que si dinero para beber, que si el movil de contrato y que gasten lo que quieran, que si moto (con el consecuente seguro, gastos de combustible, etc...), ropita de marca porque todos llevan del Tommy ese... se endeudan por el adolescente y en vez de darle alguna lección de moralidad prefieren mirar para otro lado y quejarse de que el resto es quien tiene la culpa de que no lleguen a fin de mes, no lo tienen bajo su propio techo por despilfarrar. Todo eso genera que el adolescente no tenga respeto por el trabajo de los demás, porque no sabe cuánto cuesta el llevarse tres duros al bolsillo, y eso teniendo la suerte de poder llevártelos. Desgraciadamente veo bajo mi balcón todos los fines de semana pasar riadas de chavalines (porque cada vez son más jovenes) cargados de bolsas del super, pero cuando suben ninguno trae dichas bolsas consigo... Ojalá mejore la educación y se den unas cuantas lecciones de civismo >.<
Un post genial y con mucha mucha razón!
Un abrazo y gracias de parte de una de esas que siguen agachándose cuando ven algo tirado al suelo por la labor que haceis :D
Que jodido ser joven,jajajaja.
ResponderEliminarMira yo hago ( hacía que este año lo dejé) )todos los años un Campus de Baloncesto, íbamos dos veces a dos playas fluviales diferentes. La primera en excursión de un solo día y la segunda dos días con acampada, cada día al finalizar la jornada, con los niños en hilera de abajo arriba , todos "obligatoriamente" participaban en limpiar todo el cesped, cuando digo todo era eso"todo". Pero tanto pequeños seis - ocho años, hasta los mayores deciseis más o menos, lo hacían porque les "obligábamos", si por ellos hubiese sido habian dejado el cuidado cesped hecho una cochinera.
En el río he tenido auténticas broncas con familias guarras que dejaban toda su basura allí tirada.
Casos perdidos o tienes que llegar a las manos con el imbecil de turno.
Da lo mismo en general "somos" casi todos iguales, pequeños grandes o medianos, padres, abuelos o nietos.
Este jodido pais carece de una educación o sensibilidad con los lugares comunes o el medio ambiemte.
Así que te recomiendo paciencia, más paciencia y más paciencia, aún.
Ah, aquí por estos lares todavía es peor, se le prende fuego al monte cada año, en los pueblos casi todos saben quienes son los pirómanos, pero raramente se denuncia a ninguno.
Saludos desde El Bierzo
Me gusto mucho tu entrada Jana tiene mucha razon, aca en Uruguay pasa igual, no soy de esas que toman mucho, solo tomo cuando salgo y con moderacion. Los chicos borrachos aca se encargan de la violencia y romper todo lo que se les cruce, claro que no son todos asi pero si la gran mayoria...
ResponderEliminarUn besito querida amiga ♥
Carol, es para indignarse seriamente. Ya no es el "mamá dame cien pesetas porque a América me voy", sino dame dame dame que me emborracho y mañana te pediré más... y más... y más... y me quejo amargamente si no puedo tunear el coche como mi vecino o si mi camiseta no es de tal y tal, pero no muevo un dedo ni para echar una lata a la papelera, que lo hagan "ellos". Parece una paranoia, tanto culpar a "ellos", sea quien sea. ¡A Dios rogando, pero con el mazo dando, o que nadie se queje!
ResponderEliminar(Siempre me salen refranes contigo, por qué será)
Mil besitos y gracias por solidarizarte con mi indignación,guapísima.
Esos jóvenes de los que hablas hace muy poco eran niños, sí, esos niños a los que hay que consentir todo, de los que nunca se puede hablar porque es políticamente incorrecto poner a parir el comportamiento de los niños; esos niños que sobreprotegen las familias; esos niños que son los seres más maravillosos del hiperuniverso, cuando son una persona más, una persona cualquiera. Esos niños que suelen ser unas fieras, ególatras, ruidosos, impertinentes y a los que no se les inculca ninguna obligación ciudadana, ¿cómo queremos que en unos meses se comporten cívicamente?¿alguien piensa que un niño-adolescente-joven cambia de la noche a la mañana, y a mejor? A los niños, en el hogar, hay que darles ternura, amor, protección, y fuera del hogar disciplina, rigor, seriedad; esto a menudo sule resultar al contrario. Que nadie piense que odio a los niños más que a nadie, odio a todo el mundo por igual.
ResponderEliminar¿Entiendes mi misantropía?
Se me olvidaba decirte algo (seguro que no has caído porque eres muy buena) no te esfuerces demasiado con la recogida. Quítale el demasiado.
Salvochea, eso de los pirómanos sí que debe ser para volverse loco de rabia, no comprendo que pequemos tanto de omisión, de indiferencia, de no querer mojarnos. A ver si lo de la "tolerancia cero" llega a más campos. Respecto a la basura que no nos importa dejar, es inconcebible, ¿qué educación tuvimos? Yo soy de los sesenta, y es cierto que nos inculcaban muchos valores que hoy ni se plantean más que en los libros -lo que quiere decir que no llega a los niños, ya que casi nadie lee- pero lo de no tirar porquerías a la calle... qué va, eso estaba permitido, ni siquiera había papeleras. Llevamos esa vergonzosa asignatura pendiente, tendríamos que ponernos las pilas tanto como para lo de no conducir bebidos, todo es cuestión de que nos machaquen constantemente la mente para que poco a poco se abra paso la luz en nosotros.
ResponderEliminarUna vergüencita para todos.
Muchos besos.
Lenn ¡no sabía que fueras de Uruguay! Aunque no tenga nada qué ver, me ha encantado pensar que te sienta tan cerca siendo de tan lejos, eso me parece hermoso de verdad.
ResponderEliminarAparte, tienes toda la razón: eso de que se beba para recurrir rápidamente y con excusas a la violencia es asqueante. A mí me gusta mucho mi cervecita, mi vinito (ya no tomo más fuerte porque me duermo) pero cuando bebo algo no se me ocurre destrozar, al contrario, pues lo peor es que me dé por sonreír mucho y querer más a la gente, pero nunca se me ocurriría excusar con la bebida alguna burrada inaceptable. Eso de que se considere un delito menos grave por "actuar bajo los efectos del alcohol" no debía de contemplarse: si has bebido, encima tienes un problema añadido, ¡nadie te obligó! Si no sabes, no lo hagas, si no te controlas, joder, quédate en casa y date cabezazos contra la pared, pero respeta la calle, que es la casa de TODOS. Y a callar.
Muchos besitos, ya me estoy calentando otra vez, pero no creo que sea tan malo. Gracias por tus palabras, cariño.
Pitt, aunque me enrolle te voy a contar una anécdota-batallita de mis años locos: cuando mi niña empezó a salir,yo acababa de separarme, y como me llevaba genial con sus amigos, me invitaban a ir siempre con su grupo al botellón. Eran un grupito de lo más majo, bebían pero después nos sentábamos en círculo y nos poníamos a charlar en un plan muy guay, se tocaban temas interesantes, me pedían opinión, bueno, me sentía aceptada, que después de que tu marido te deje por una señora de 60 años es algo que se agradece mucho. (De hecho parte de aquellos chicos han formado ahora una Asociación Cultural en mi pueblo, siguen luchando por hacer algo más que beber y burrear). Bueno, pues aun así,una noche, al volver del botellón, vimos a lo lejos un contenedor al que habían arrastrado casi a la mitad de la carretera. Automáticamente, mi niña y yo nos dirigimos a él, sin ponernos de acuerdo, y nos esforzamos hasta colocarlo de nuevo en su sitio. Cuando miré hacia atrás me los encontré a todos mirándonos asombradísimos, y nos dijeron: ¿qué hacéis? Nosotros lo hubiéramos puesto al medio del todo, estáis locas.
ResponderEliminarA ver qué contestas a algo así. Reconozco que les eché una mirada... y una bronca... pero se me quedó grabado aquello para siempre. ¡¿Por qué?! ¿Quién inculca esas cosas en la mente de chavales de 16 años? ¿O es que tienes tú razón en tu misantropía y el ser humano, simplemente,no tiene remedio y lo mejor es lavarse las manos y pasar de todo? ¿O hay que volver a lo de "la letra con sangre entra"? Me pasaría la tarde sentada en círculo con vosotros y debatiendo esto, lástima no poder arreglar el mundo con un café y un cigarrillo en la mano.
Pitt, muchas gracias por seguir viniendo por aquí, me encanta.
Besitos.
Asu. Es hora de cambios en el mundo.
ResponderEliminarSiempre opinaré que al cambio debe llegarse mediante el diálogo, aunque a veces den ganas de liarse a tortas, pero hay que aguantárselas.
ResponderEliminarBienvenido, David.
jajaja. Muy bueno. Muy grato leerle. Saludos cordiales.
ResponderEliminarVaya! iba a hacer un comentario ácido y totalmente fuera de lugar, como acostumbro, pero al final, no puedo!
ResponderEliminarLa verdad es que la sociedad nunca en la historia fue lo suficientemente cívica. Los neardentales, ya dejaban tirados por cualquier sitio los huesos de mamut que no utilizaban, así que, es un trabajo muy duro el que queda por hacer aún. En el cole de mi niña insisten mucho en el reciclaje y en la "economía sostenible", y parece que les cala! un día, una niña de unos 10 años me dió la enhorabuena por recoger las cacas de mi perro. Sorprendente, verdad? lo curioso, es que 10 minutos después, ella misma tiraba al suelo cáscaras de pipas y la bolsa vacía.....
Toda mi vida he reciclado y ahora se plantean la posibilidad de volver a pagar por la recuperación de envases y botellas....SE CREEN QUE LO HAN INVENTADO AHORA seguro que hay algún lumbreras que dice: peazo idea acabo de cagar! (perdón por la expresión) pero si yo de pequeña me ganaba un sobre sueldo a la semana recogiendo y devolviendo los vídrios a la bodega del barrio!!!!!!!
Bueno, y eso, que está quedando largo...jajajajajaj
Maripili, ¡yo también vendía al Híper (luego Pryca y después Carrefour) los envases de vidrio que rebuscábamos por todas partes, sobre todo en el césped donde los chicos se iban de litronas y vargas. Creo que me daba 11 ptas. Ahora me voy a plantear recoger las botellas de refresco que dejan enteras y revenderlas, no estaría mal. Pero lo más práctico va a ser revender a los niños, aunque ¿quién los va a querer comprar, por Dios?
ResponderEliminarMuchos besitos, Mari.
S.a.d.e., saludos, te dejé un comentario esta mañana pero ha desaparecido en combate, qué cosas.
ResponderEliminarBesitos.
Sangre ni para la letra, querida Jana.
ResponderEliminarNo deberías haberme contado la anécdota ¡My God!, ahora no tengo más remedio que echarte una tremenda bronca: ¡eres la madre de tu hija, no su amiga! De lo que eres de sus amigos no quiero ni pensarlo.
Pitt, no me riñas, porque entonces me veo obligada a excusarme y qui s'excuse, s'acuse. No fui de coleguita con mi hija, en casa ha habido reglas y límites que ella sabía que tenía que respetar, pero no porque yo fuera "la madre y porque lo digo yo", sino porque era lo justo y necesario. Tuvo su paga, como todas, pero tenía que ganársela: y creo que eso estaba muy bien. Sé que cometí muchos errores, vivimos una historia extraña y mala en cierta época, pero déjame pensar que también acerté en muchas cosas: mi peque Anais es una niña de la que cualquier madre estaría orgullosa: es trabajadora, responsable, cariñosísima, sabe escuchar y también si es necesario sabe aconsejar con mucha razón (en su trabajo la buscan, le cuentan y la quieren mucho) y es leal a hierros. He intentado inculcarle unos valores que considero muy necesarios para vivir en armonía, y creo que lo he conseguido, aunque no todo el mérito vaya a ser mío, pero creo que una parte sí lo es. Pitt, yo no sirvo para ser una persona severa, siempre intento, con el diálogo y los ejemplos (batallitas) influir para bien en el razonamiento de los otros, no sé ser drástica. Tampoco quiero que haga las cosas como yo, porque yo soy la inseguridad andando, y ella gracias a Dios es mucho más segura, menos tímida, y sobre todo me quiere mucho, de verdad, su amor y su ternura me dan más que cualquier otra cosa que me diera la vida. Déjame pensar que la educación que he intentado darle siempre ha influido para bien en su manera de ser.
ResponderEliminarY ya para defenderme más, me remito al blog "La Talega" (en los blogs que sigo), uno de aquellos chicos precisamente me dedicó una entrada hace unos días, halagándome mucho pero diciendo que gracias a mí empezó a leer y ahora han formado esa Asociación Cultural de que te hablé. ¡No he sido tan mala influencia, Pitt, si yo aquí soy la chica rara, hippi, que está un poco loca porque escribe pero es "buena gente"! Hala, menudo rollazo te he metido, vais a descansar muy a gusto la semanita que me quede sin Internet.
Mil besitos, y puedes echarme la bronca pero mira luego la que te cae encima.
He de decirte que he tenido que reirme con lo de que ahora no es necesario, que ahora fuman porros y beben wiskhy xDDDDDDDDDDD es que ha sido muy bueno y una verdad como un templo, mira que yo tengo 22 años... pero hija... Algunos de verdad se pasan.
ResponderEliminarSi hubiera más solidaridad y todos fueramos más empáticos yo creo que el mundo no andaría la mitad de mal
de lo que realmente va.
Y lo que tú dices de hacer de coger a más de uno y de dos y arreando a recoger ''mierdas'' (con perdón) a la calle, yo creo que no todos, pero al menos una parte se concienciaría, pero qué pasa, eso crearía que los jóvenes tengan algo que hacer, los cursos valdrían dinerito (aunque yo lo haría hasta gratis), pero todo lo que sea sangrar al pobre pueblo, bienvenido estará, y con la consecuente luego podran optar a puestos de trabajo y el estado no quiere ese, no, no , no que hay que pagarle ninerito y oiga usted estamos muy mal para pagar pero no para pagarme un Chalet en Miraflores (ups...lapsus mental que aquí son gente honrada y humilde =^.^=).
Eso sí... Te has dao el gustazo del quince y estoy segura que después de escribir esto te has quedao nueva hija xD...
¡Estás sembrá! xD.
¡Besazos enormes!.
=^.^= rrrrrrrrrrrrrrrrrrr
Relajaíta me he quedao, Dawa, ya lo creo. Desde aquellos diítas me quemaba todo el recuerdo, y conste que hasta el encargado me dijo: Jana, tú que escribes, di algo de esto, hija. Y cuando empiezo a decir, me cuesta parar, ya lo sabes.
ResponderEliminarSigo pensando que escobas para todos y madrugón algún que otro sábado, o rodeados por la benemérita hasta que lo dejen todo como los chorros del oro. Pero lo ideal sería que saliera de ellos, que no hubiera ni que pagar a nadie para recoger el botellón, que fueran civilizados, que para eso es la generación que más facilidades tiene para comunicarse de punta a punta del mundo. Debería servirnos para algo bueno.
Besitos, gatita, =^.^= buenas noches.
jana me pareció muy interesante tu historia del botellón, acá en Lima también hay historias similares al botellón y multas y todo... y encima protestas también....
ResponderEliminarMe gusta como presentas la historia porque es divertida y fresca a pesar de lo que significa
Me gustó mucho esta entrada es fresca y realista y divertida en muchos aspectos....
excelente, besos
(gracias por tu apoyo Jana)
Gracias, Mixha: me parece que cuando me irrito mucho al final hago reír, cosa bastante poco divertida para mí, pero bueno, me alegro de haberte hecho sonreír, y por supuesto que la historia es realista, demasiado realista, indignante.
ResponderEliminarA ver si entre todos conseguimos alguna mejora... al menos con nuestros nietos.
Muchos besitos, Mixha.
Yo los sufro en las cercanías de mi casa hasta las tantas cantando alegremente, total como es verano, pues que molesten hasta la madrugada, que si protestas y quieres dormir es que eres poco tolerante...
ResponderEliminarY, Canoso, lo peor es que lo de que eres poco tolerante no lo dicen sólo ellos, sino los padres, que enseguida te sueltan: "angelicos, tendrán que divertirse ahora, con lo dura que es la vida", que vale, que estoy de acuerdo en la dureza, pero a ellos se les va a hacer el doble de dura cuando tenga que enfrentarla con las armas de goma que les estamos dejando con tanto "angelicos" y tanto disculparlo todo.
ResponderEliminarBesitos, buen finde.
Eres genial, Janita. De verdad te lo digo. Y seguro (y eso espero) que tu hija se parecerá a ti.
ResponderEliminarMil besos+1
Adel
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTienes razón en tantas cosas que no sé por dónde empezar. Cierto que todos hemos sido jóvenes y hemos hecho "el burro", pero actualmente no termino de comprender a los jóvenes... y sí, reconozco que soy mayor. No entiendo tanta dejadez hacia el ajeno, ni tanto vivir como si la juventud fuera a durar toda la vida; no tienen responsabilidades, ni horizonte. Sé que la vida está muy mal, pero parecen derrotados antes siquiera de empezar a luchar.
ResponderEliminarEn fin, que siento y mucho que tú y personas como tú tengan luego que recoger sus "diversiones".
Un fuerte abrazo.
Gracias, Adel, por tus palabras. Y sí, creo que mi niña y yo nos parecemos bastante aunque por suerte ella tiene más confianza en sí misma,y en mí también.
ResponderEliminarMil besitos.
Chesana, estoy contentísima de verte por aquí. Claro que todos fuimos jóvenes y oíamos eso de "esta juventud..." pero creo que es cada vez peor porque son demasiado tolerantes consigo mismos e intolerantes con todos los demás. El ancho del embudo. Pero también creo que la culpa es nuestra, de todos, que parece como si ya hubiéramos perdido la esperanza y tal vez no nos molestamos bastante en repetir las cosas, lo damos todo por perdido sin intentarlo.
ResponderEliminarBesitos.
Jana me voy de vacaciones hasta primeros de Septiembre,
ResponderEliminarque tengas una feliz semana.
un abrazo.
Yo tengo 22 años y supuestamente debería estar de botellones como el resto de mi generación, pero lo cierto es que reniego de eso. Y me da un poco de pena que la gente se reuna con el objetivo de emborracharse y no de pasarlo bien.
ResponderEliminarUn beso Jana.
Te has quedado la mar de a gusto con este post:) con el que por otra parte estoy de acuerdo.
ResponderEliminarNo entiendo eso de ir dejándo la basura para que la recoja otro, con la excusa de que él papá paga los impuestos y esas memeces que contesta la gente.
Hace unos días estaba con unos amigos tomando unas tapas y en el bar entraron dos niños de unos cinco o seis años a grito pelad. Contra más avanzaba la noche, más gritaban los niños en un concurso de gritos. Le dije amablemente a la madre que a ver si pedía a los "angelitos" que bajasen el tono, y la buena señora me contesta: "es que son niños"
Yo le contesté que también era madre.Algunas se creen que sólo han parido ellas.
Si a los cinco años permites que los niños griten de esa manera, (sin venir a cuento),no quiero ni pensar lo que le vas a permitir al niño cuando tenga 26 años...
Besoss
En Argentina hay algo parecido...
ResponderEliminarUn texto que me ha gustado, tu forma de relatar me atrae.
Te dejo un beso enorme.
HD
Me has recordado un chiste de "El jueves" muy bueno que lei el otro día. El encabezado decía: Recogedor de desechos humanos en las verbenas, y el dibujo era un tipo vestido de empleado del ayuntamiento, que al despuntar el día pasaba con una guitarra cantando y hacía que se levantasen todos los borrachos del suelo y se los llevaba bailando. Besos
ResponderEliminarUff,me he indignado leyéndote porque creo que tienes en todo lo que has dicho más razón que un santo!
ResponderEliminarVale,yo soy joven pero me parece muy triste que la única forma de divertirse para otros sea irse a beber alcohol a destruirse las neuronas,o incluso a joderse (con perdón) la vida.Hay otras alternativas,no digo educativas pero sí mejores (aunque sea irse a pasear con amigos).
Bueno,cada uno puede hacer lo que quiera y yo no me meto pero eso sí,(como bien has dicho) deberían de mirar un poco por los demás. Eso de pensar ''por algo les pagan'' de verdad me parece tan poco solidario que (como bien has dicho)que deberían de probar ellos a recoger todo lo que ellos han ensuciado bajo el hermosote sol de verano. A ver si así lo seguían diciendo...Al menos aprenderían de la experiencia (espero).Porque desde luego a base de multas no se aprende.
Muchos ánimos preciosa (al menos e has desahogado :)) Besitos!
Ricardo: felices vacaciones, espero que las disfrutes. Yo llevo unos días sin Internet, creo que para la semana próxima ya lo tendré.
ResponderEliminarGracias por pasarte, y por avisarme. Mil besitos.
Sentimentiras, es eso: ya no se toma uno unas copas por estar con los amigos, sino que se reúnen con los amigos para tomar varias copas... de más. Y el que venga atrás, que arree.
ResponderEliminarBesitos.
Trini, ¡espero que hayas tenido buenas vacaciones! Y respecto a lo que comentas, ya te digo: no se es madre sólo por parir un hijo, si no intentas siquiera educarlo para el mundo, cuando el niño salga "rana" la culpa es más tuya que suya. Es como dejar que un cachorro vaya mordiendo a todo el mundo, luego se indignan con el cachorro pero si no le hubieran dejado, no sería así.
ResponderEliminarAy, qué mundo más absurdo estamos construyendo.
Me halaga que tú me digas eso, Humberto. Gracias, y muchos besitos.
ResponderEliminarLuís, me encanta el chiste y la idea: parece el Flautista de Hamelin.Y creo que los borrachos también estarían encantados de seguir la juerga, ¿no?
ResponderEliminarMuchos besitos, Luís. Sigo sin Internet, estoy en Guadalinfo muriéndome de calor (son las 5.30 de la tarde en Córdoba, no te digo más).
Víbora, y sobre todo si tuvieran que recogerlo en un día como hoy... estoy segura de que mirarían mucho más por lo que hacían, a no ser que fueran malvados, y eso no lo creo: sólo inconscientes.
ResponderEliminarY por supuesto que hay maneras más creativas (y divertidas) de pasar las veladas. Es una pena que no se molesten en buscarlas.
Muchos besitos, guapa.
Un aplauso por este post!!
ResponderEliminarlo que le falta a gran parte de esta juventud es muchísima empatía, y creo que va cada vez a peor.
No soy tan mayor, y yo también he hecho botellones, pero con una diferencia con el resto, sé lo que cuesta el dinero, sé lo que es no tener nada, lo que es ver a tu madre levantarse cada día para ganar dinero para comer limpiando, y si bien hasta los 19 años o así no tuve literalmente un duro-euro que gastar porque mis padres no se lo podían permitir, aprendí muy bien algunos valores como el respeto a los demás, y jamás he tirado un solo papel, pipa o dejado basura en ningún sitio.
Lo que falta es saber lo que cuesta el dinero, y pensar que no somos el ombligo del mundo. Un día podemos ser nosotros los que hagamos ese trabajo, tan honroso como cualquiera, pero que te hace entristecer al ver el rumbo que toma la sociedad.
Falta empatía en el mundo, ponerse en el lugar de los demás, y también faltan esos valores que antes nos inculcaban los libros más sencillos de la infancia. Aunque parezca mentira, yo aprendí mucho con Enyd Blyton y Lisbeth Werner, no hace falta leer un libro cargado de moralejas,sino que te enseñe a reflexionar.
ResponderEliminarTodos a coger la escoba un día, y a probar, cuando haga más calor... desde pequeños.
Besitos, Neko, guapísima.
Estupendo post. Sí que eres creativa!!!. Leerte es un placer todas y cada vez que uno viene aquí. ¡Mágico!
ResponderEliminarUn abrazo desde Buenos Aires
Gracias, Susana Inés: no soy creativa, soy gruñona, pero sólo cuando me tocan mucho la moral. Me alegro mucho de encontrarte por aquí, espero volver pronto. Besitos.
ResponderEliminarAy, mi niña...cuantas cosas en tu sentido escrito, que a mí me lleva a afianzarme en un pensamiento que hace tiempo me corroe: la solidaridad y el sentido común es algo desarraigado en mucha gente, y por desgracia en muchos jóvenes; aunque, creo, que esos mismos sin los efectos del alcohol actuarían de otra forma: Soy de las convencidas de que el alcohol, tal y como ahora se consume, es muy dañino, aunque, claro, eso regularlo no es muy complicado. No estoy tan segura que la gente, si tuviera que hacer ese trabajo, cambiara...pero coincido en el pensamiento que manifiestas: " que lo haga el que le pagan, dicen los papis..." Y 20 euros día, me alucino cielo...y te admiro, y mucho...Tengo un parque enfrente de casa que por las mañanas amanece de penita por ese tema...y veo a los de limpieza recogiendo los despojos de los vándalos nocturnos, y me da rabia, y mucha....Y mira, mi perrito necesariamente ensucia, pero no queda ni rastro. La mayoría de los dueños de perros que conozco somos cuidadosos, aunque alguno no lo sea,, y yo, les advierto, y alguno se encara.....Es la vida misma, quizás una falta de valores, o escala de valores que n os aleja de una convivencia razonable.
ResponderEliminarBoly. con tanto piropo tuyo, me dice que eres la más guapa y que te adora.........
Mil estrellas cargadas de esperanza y paciencia
Sherezade
Guapísima, casi se me pasa ver tu comentario. ¡Sí, es indignante! Fíjate que el parque donde estuve barriendo los botellones está al lado de la guardería, y cuando entramos el primer día (un día antes que los niños, para ponerlo todo a punto en las clases) nos encontramos que ¡habían tirado litronas al patio de los niños, había cristales rotos por todas partes! De alucine. Seguramente tienes tú razón y sin el alcohol la mayoría serían más cívicos, es un consuelo... oye, yo me tomo mi cervecita cuando apetece, pero jamás se me ocurriría hacer alguna cosa que no hiciera sin beberla, me refiero a barbaridades de ese tipo. Son los valores, se están perdiendo probablemente porque los damos por sentados y resulta que nadie nace sabiendo, hay que remachar y remachar a los niños todas las cosas que son necesarias aprender para convivir en un mundo feliz.
ResponderEliminarDile a Bolita que es un zalamerillo camelador, anda, y que es verdad que me tiene loca, no es broma, serás tú también que nos lo presentas con esa dulzura maravillosa que hace que se le adore.
Mil besitos, guapísima mía.