martes, 8 de enero de 2013

  ¡¡¡¡¡¡Sí, sí, síiííííííí...!!!!!! ¡Rebajas, rebajas, rebajas de enero!
 Siento parecer loca, pero es que ayer fue la primera vez en... aproximadamente... treinta años, que voy de rebajas. Y creo que dejaré pasar otros treinta... o a lo mejor algo más, y así ya no estoy para ningún trote y me libro.
 La verdad es que tampoco mi peque había ido nunca de rebajas, y le debía eso: la locura, el recorrer veinte tiendas mirando y tocando camisetas, vaqueros, chaquetas, todo lo que se presentara ante nosotras, el quejarnos de las colas, el esperar ante el probador con un montón de prendas en sus perchas...
  Me siento bicho raro, no hace falta que me lo digáis Maripili, Lili, y seguro que muchas más de vosotras que disfrutáis en las rebajas... pero es que NO, NO y NO, no puedo, es superior a mí, el mercadillo ya me ha marcado mucho, mi padre por otro lado, que no soportaba un cuarto de hora en una tienda y se ponía a decirme "frívola" en cuanto me probaba tres cosas y no me gustaban... es que soy una mujer marcada por el pasado, no porque sea rara, lo juro.
 He llegado a tener vestidos y hasta chaquetones colgados en el armario sin jamás estrenarlos, solo por no hacer esperar a mi padre, que venía de compras con mi madre y conmigo nunca entenderé por qué, para estresarse un poco, supongo, y segregar adrenalina. Poco a poco lo convencimos para que se quedara tranquilo en casita y por eso, hace unos treinta años (mis diecisiete, dieciocho, diecinueve...) íbamos mami y yo solitas.
  Entonces yo era más joven, tenía más aguante y, sobre todo, disponía de muy poco dinero, así que me lo pasaba bien. Si solo buscaba unos pantalones y un top, no era cosa de tardar horas ni de disputarse con nadie: lo encontraba, lo compraba y nos íbamos las dos a tomar café -y a veces vermouth, si era por la mañana- y a charlar tan felices. Así da gloria.
 Luego, en el mercadillo, ya no había temporada de rebajas para mí. Me daba una vuelta por los puestos, si algo me gustaba y estaba a buen precio, lo compraba y punto. Nunca he sido muy fashion victim, más bien suelo ir a mi bola, a mi estilo, que a veces ha coincidido con la moda, otras veces ha ido por delante de ella, y otras veces no se parece en nada. ¡Si a los catorce me llamaban "la colgá", por Dios, y "la hippie", me pusiera lo que me pusiera!
  Y ayer, por fin, tras varias semanas planeándolo y todo, Anais y yo desafiamos al mundo y nos fuimos, las dos solas,

        ¡DE REBAJAS!

   Ya habíamos ido cuatro o cinco días antes para buscar cosillas y luego no estresarnos -inocentes- pero como últimamente las rebajas empiezan cuando les da la gana, las colas ya recorrían zigzagueantes todo el local, y nos volvimos a casa pensando: "eso es porque se aproximan los Reyes; si ahora, con la crisis, no se vende nada, dicen... seguro que el lunes no hay ni la mitad de bulla".





 (Sí, sí, yo también me río... ahora que soy más vieja y más sabia, y la experiencia de un siete de enero de tiendas me ha grabado a sangre y fuego para siempre)




 Pues sí, había el doble de bulla; como en la tele, veíamos ropa tirada por el suelo, gente cargada de perchas -con ropa, evidentemente-, y tales colas en los probadores que decidimos separarnos en una tienda: ella, a probarse... y yo a hacer cola para pagar lo que le gustara.
  Al cabo de diez minutos se me presenta indignada...
 -Mamá, vámonos.
 -¿No te gusta nada?
 ¡Ja! Mi peque me cuenta, sofocada, que soltó toda la ropa en un montón increíble que crecía y crecía, a la salida de los probadores, porque de pronto se dio cuenta de que no podía, no concebía, no era capaz ella de tirarse una hora esperando para probarse "trapos" y perder su tiempo en eso.
          ¡Me sentí muy orgullosa, digna hija de su madre, ya lo creo!
          Y es que cada vez me iba dando más cuenta de que esa ropa por la que casi peleábamos, y que tan bonita y glamourosa resultaba a los ojos de TODAS, no difiere -lo juro- de aquellas camisetas que yo acabé dando a euro, y ni a euro las querían porque eran de manga corta o tirantes, y llevaban la etiqueta de los chinos.
   Ahora, en pleno enero, a cero grados, resulta que LA MODA dicta que se lleven las camisetas de manga cortísima... o tirantes... y los vaqueros rotos, pero rotos, vamos, de esos que las suegras criticaban tanto cuando tenían  dos hilachas en el dobladillo... y como LA MODA lo ha decidido, pues todos a acatar sus órdenes como esponjoso rebañito de borregos baladores.
  Y no creáis, si yo también piqué... pues claro, es que es tan contagioso, y te apetece tanto de pronto comprarte una de esas camisetas a la moda, y la ves tan glamourosa... que aquí tengo puesta una camiseta azul mediterráneo con un dibujo muy cuco, larguita, y debajo unas manguitas porque la deliciosa camiseta no las tiene y ME ESTOY CONGELANDO, pero, amigos, ¡a la moda!


  Esta mañana, M.P. ha subido a la cámara y ha bajado, sin consultarme, una bolsa enorme llena de ropa que habíamos dejado para seleccionar y echar a los contenedores de ropa... al principio me he cabreado un poco porque si ya habíamos decidido que no la queríamos, no tendríamos que volverla a mirar, pero... ¡menos mal! ¡Hay un montón de camisetas que ahora son el último grito, y vaqueros para cortar y pintar un poco con typex, y esas transparencias que se veían tan horteras que no comprendía cómo me había atrevido nunca a ponerme...! ¡Es que ha sido como ir de tiendas otra vez, pero sin estrés y sin soltar un euro!
  Una cosita sí he de confesar: ¡me sentí tan orgullosa de mi niña, de lo guapa que estaba con cuatro trapitos, de lo bien que lo ha hecho! Y es que ella también dejó de fumar a la vez que yo, y temíamos que engordara (yo he puesto dos p. kilos) porque eso de las hamburguesas, las pizzas y todas esas delicias engordantes, le encantan... pero la niña se puso a dieta a las dos semanas de dejar de fumar, y lo pasó mal, hasta de llorar de depresión porque es duro dejarlo todo a la vez... pero al final ha resultado que, en lugar de echarse kilos encima como hacemos todos al dejar el maldito tabaco, ella se los ha quitado y está estupenda, da gloria verla con sus veintiún añitos recién estrenados. Se probaba la ropa y bailoteaba, y yo me reía y le decía "eso sí", o "eso con el vaquero tal, o con la camiseta cual", y por ese lado ya lo creo que fue una mañana bonita, de madre e hija, lo que no habíamos tenido nunca en ese plan y ya era hora...
  Acabamos las dos igual de reventadas. Y todavía teníamos que ir al Primark, que está en El Arcángel, porque allí estaban más baratas las camisetas básicas (...) Así que nos compramos una latita de cerveza para cada una y nos la fuimos bebiendo mientras íbamos a por el coche, que lo teníamos aparcado donde Cristo perdió el boli.
  En Primark había tanta cola para pagar que, sesudamente, decidimos dejar las compras para cualquier otro día. Ya puestas, nos fuimos a mirar tiendas otro rato, pero ya sin intención de comprar para no tener que guardar colas y colas otra vez. Y después regresamos al parking a por el coche... y nos dimos cuenta de que, entre el cansancio y la birrita del camino, no se nos había ocurrido tomar ni una referencia de dónde habíamos dejado el saxito... así que tuvimos que separarnos para buscarlo, coche por coche... y Anais luego ya no quería que siguiéramos separadas porque le daba miedo no encontrarme después. Yo creo que eso ya era un principio de ataque de pánico o algo así, después me confesó que había estado a punto de telefonear al H. y a M.P. para que vinieran a ayudarnos a buscar el coche... ¡pobrecita mía, si es que no está acostumbrada a estas palizas! 
 Pero lo encontramos, le dijimos unos cuantos piropos cariñosos por estar ahí, tan chiquito él pero tan fiel, y nos dejamos caer dentro como sacos de patatas.
  Y a casa...
  Y en casa nos esperaban los chicos, felices por haberse librado de ir de tiendas y que se habían entretenido preparándonos muchas basuritas para comer, todas esas basuritas que engordan y que están tan requetebuenísimas. Y sucumbimos, vaya, pero con la promesa de que HOY, de verdad, empiezo la dieta (otra vez) y ya no la dejo, que no y que no, que para eso es enero y tengo que hacerme propósitos de Año Nuevo y cumplirlos al menos durante un mes... mejor dos... y sentirme orgullosa de mí, como me siento orgullosa de mi peque.
   Así que hoy estoy a dieta, y mientras tanto MP se ha puesto a cocinar en la candela, con su ollita de barro y unos aromas que tiran de espaldas... y yo me consuelo con una copita de vino (muy light, de verdad) para engañar el paladar...
 Pobre de mí, pobre de mí, pobre de mí...

 La próxima entrada, ¡os hablaré de las ensaladas!
¡snif!


 


33 comentarios:

  1. Las rebajas han perdido encanto, ya las hay todo el año, es una excusa para salir, dar un paseo y comer en un restaurante agradable.
    A mi no me importa que haya gente, la hay siempre, y voy muy temprano cuando la ropa esta colocada en su sitio.
    Tal como tu nos lo has contado parece el principio de una novela, anímate y sigue escribiendo.
    Saltos y brincos

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    1. Ester, si ahora son menos que antes, no sabes cuánto me alegro de no haber ido nunca seriamente "de rebajas".
      En cuanto a lo de una excusa para comer... ojalá. De todas formas, yo, en cuanto como, me aperreo completamente y soy incapaz de seguir de un lado para otro.
      Un besito y muchos saltos y brincos.

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  2. Eso es lo que tú te crees, que te vas a tirar 30 años sin venir de rebajas... ¡JA!
    Con lo divertido que es, anda...
    Que cualquier día normal y aburrido te va a dar para hacer una entrada tan chula, a lo mejor.
    Te ha quedado muy guay, me he reído mucho a pesar de que ya conocía las historias que has contado.
    Y yo también me tengo que cuidar ahora con la dieta, jooo...
    Que por lo menos a mí, yo creo que el trabajo me engorda.
    A lentejas las dos, se ha dicho.
    A hacer cuerpo para las rebajitas de verano jajajaja!
    Besitos, TQ súperGBLR

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    1. Pero era muy divertido -mucho más- cuando nos íbamos a ver Casa, Natura, Reto y la librería de viejo, y menos estresante, así que voto por ello. De verdad, no creo que puedas contar conmigo para las de julio, si yo con mi mercaillito y mis tiendas de chino soy feliz...
      ¡Ya has visto qué bien he empezado mi segundo día de dieta, se me han quemado las acelgas! ¿Será el destino?
      No, no; es broma. Judías verdes para mí.
      Besitos, GBLR canijita.

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  3. Las rebajas: ¡El punto de inflexión por el que se calibra, sin medida previa, la capacidad de (des)gaste/o de cualquier bolsillo y economía de mercado en momentos cruciales de crisis. Jejejeje.
    Todo un tratado de psicología financiera puesto a prueba apenas los Reyes se marchan al lejano oriente.
    Aunque sea osadía decirlo, confieso que jamás he ido a las rebajas oficiales, éstas, post-Navidad.
    Nunca digas 'de esta agua no beberé', por si las moscas...
    Un abrazo grande

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    1. Pili, me alegro de que tengamos otro punto en común, porque yo sí he ido -el 7- pero una y no más, Santo Tomás, digas Not a Number -mi hija- lo que diga.
      No es que no me guste ir de compras, o a ver tiendas, pero en otros días, sin ese jaleo, y me gustan más las tiendas de decoración y "tonteriítas" y los chinos, como los "todo a cien" de antes,qué le vamos a hacer.
      Esto del lunes fue algo irrepetible... espero... una de esas cosas que se hacen por los hijos y por nadie más.
      Besitos, guapa.

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  4. Bueno... al final ¡acabaste a la moda! porque si hay algo verdaderamente que todos deseamos en este mes de enero es ponernos a dieta.
    Amiga Jana, como preparador físico que fui te daré un consejo: utiliza las rebajas:
    1.-el tira y afloja por esa prenda (preferiblemente un vaquero que no se rompa y te deje el ejercicio a mitad)
    2.- cargar con 15 perchas repletas de ropa durante una hora en la cola del probador.
    3.- el agradable paseo en busca del coche perdido
    4.- la quema de calorías que produce en cabreo consiguiente (el proceso se incrementa con tacos a pleno pulmón)
    5.- repetirlo todos y cada uno de los días de rebajas, que con el nuevo calendario del gobierno ni tiene principio ni tiene fin.

    Piensa lo que te ahorras en gimnasios... creo que resultará siempre y cuando la ansiedad no te lleve a la nevera.
    Besos apretaos de un lector divertido con tus "relatos de la vida misma"

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    1. Pelayo, tus consejos me parecen demasiado duros para seguirlos, prefiero una hora y hasta dos a tope en el gimnasio antes que volver a esa pesadilla... ¡uf!
      No, en serio, ahora que estoy parada, hemos empezado a salir a andar todos los días, eso me hace sentir "mayor" porque siempre eran los "mayores" los que salían a andar, pero fíjate que es algo que crea adicción, yo nunca lo había hecho seguido hasta este pasado mes de agosto, que íbamos por la noche, con el fresquito, y de ser algo que me costaba y de lo que intentaba escaquearme, poco a poco fue pasando a algo que esperaba con ilusión cada día. Salimos con mi perro Niebla, que se para a ladrarles a todos los perros del camino -me muero de miedo si algún día encontramos abierta una verja, son unos perrazos enormes- y vamos a buen paso, a veces charlando, otras "caleando", que es una palabra villafranqueña que seguro que traduces fácilmente: entre jadeando y con la lengua fuera, vamos. De hecho, hemos vuelto hace diez o quince minutos de "andar",ahora voy a comer mi naranja, judías verdes con ajitos y yogur desnatado, y a las cinco me iré a clase de inglés, que no sabes la ilusión que me hace, después de toda la vida de francés, aprenderlo ahora; a la vejez, viruelas.
      Y ¡qué bien, es verdad, estoy totalmente a la moda!, dieta (pero con una birrita por día, eso no lo perdono) y los primeros días, ya sabes, se cogen con muchas ganas, espero que me duren.
      Besos apretaos!!

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  5. Las rebajas es como todo sino abusas te puede ayudar,pero comprar ,comprar sin necesitarlo por que es barato a la larga sale caro,lo mejor es si te hace falta algo y sabes lo que quieres vas a lo que vas y no te cansas tanto,pero por deporte tiene que ser muy cansado y estresante.
    Con el régimen no te obsesiones si luego vas a caminar no vaya con unas judias verdes solas come también algo de proteínas un poco de carne o pescado a la plancha o unas pocas nueces,que te dan energía y algo de grasa buena,pues sino tomas casi nada de grasa el cuerpo tampoco la gasta por miedo a no tener reservas por eso el 20 por ciento de lo que comamos en el día tiene que tener grasa buena,es decir aceite de oliva,queso,frutos secos,en fin ,por la mañana te puedes dar una pequeña tregua y comer un poco de lo que te guste porque tienes todo el día para gastarlo.
    En cuanto a la historia ha estado muy divertida ,además se trata de pasárselo bien y se ve que disfrutaste escribiéndolo .

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    1. Pero, Miguel, ¡si íbamos a tiro hecho! Lo que pasa es que, claro, quieres una camiseta de hombros caídos, barata, de un color así o asá... y hay ¡cien! Y luego las ves con otro escote y te gusta más, así que ya no estás segura... en fin, lo que es una locura tonta. Claro que, si te digo la verdad, luego se olvida un poco, porque ahora que han pasado cinco días, ya no pienso que no vaya a ir nunca más, ya recuerdo mejor lo divertido y el placer de estar las dos en plan aventura en lo desconocido, así que mira cómo se recupera una.
      Respecto a la dieta, ésta que he empezado no es restrictiva en el desayuno, afortunadamente, sino en el almuerzo, que consiste en un yogur, una fruta y verduras al gusto; las proteínas las tomas en la cena,con otro yogur y otra fruta. No paso nada de hambre de momento, solo a veces pues, claro, te apetece picotear, o comer justo lo que engorda... pero a ver, me aguantaré. Hoy, por ejemplo, como viene mi niña y H. a comer, voy a asar un pollo y comeré yo también, dejaré la verdura para la noche, pero eso es un día así como hoy, puntual.
      Me encantó tu entrada, me venía como anillo al dedo.
      Un beso.

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  6. Yo odio las rebajas, ir de compras en general con tanta aglomeracion de gente, que si el aire acondionado a tope con una calor horrible, que si esperas en los probadores además las rebajas no existen en verdad lo que hacen es tener un precio luego subirlo y cuando llegan las rebajas lo bajan como estaba al principio, pero en verdad no bajan ni un centimo.
    Luego a pijolandia(el corteingles) ni de coña me quiero asomar parece que te miran por encima del hombroy como si fueras a robar(mi madre dice que soy yo)pero no allí te hacen la radiografia. Eso si es como un maratón te cansas mas que si dieras un paseo.

    Un beso;)

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    1. Tienes razón en lo de los precios, me había gustado una rebeca en Lefties que valía ocho euros, y no me la compré pensando dejarlo para las rebajas; aunque no la rebajaran, era súper barata y valía la pena. Pues cuando fui el lunes pasado ¡estaba a diez euros! Nos quedamos a cuadros, en lugar de bajarla, la subieron... locura.
      En conclusión: que no me gusta ir de rebajas y que siempre encuentras cosas baratitas en según qué tiendas, en el mercadillo y en los chinos, y que, mirado desde allí, la crisis es solo crisis para la mitad, el resto sigue pijeando y gastando un dineral en trapos que, si no lo vendieran ciertas tiendas, serían calificados de "basura" o "cutrez".
      Que seguimos siendo borregos, vaya.
      Un besito, Iris, que andabas muy perdida.

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  7. Querida amiga: He pasado un buen rato leyendo lo que nos cuentas de las rebajas.
    Las has reflejado a la perfección, no has omitido ni un solo detalle ¡vaya latazo!
    Y si te digo que a mí me marea ver tanta gente y todo revuelto y tirado...
    Yo soy de las que imitaría a Anaís, cuando veo mucha gente en probadores o colas para pagar, prefiero dejarlo todo e ir a tomar el aire.
    Las aglomeraciones de gente me espantan, soy tranquila y me gusta disfrutar de la calma.
    Para completar, me he reído con la búsqueda del coche. Antes tengo que daros la enhorabuena por haber encontrado aparcamiento, es el primer problema con el que nos enfrentamos, a veces, se nos hará de noche y no lo hemos logrado.
    En fin, casi es mejor ir un poco ligeras de ropa que aguantar todo el rollo de las rebajas.
    Cariños.
    Kasioles

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    1. Querida Kasioles, ¡ya veo que eres de las nuestras!
      Lo del aparcamiento, la verdad es que en el parking del Centro Comercial es muy raro que no haya sitio, si acaso algún sábado por la tarde... pero fue grave, y más aún pensando que pocos días antes había estado yo comentándolo con M.P. y diciendo que nunca hay que olvidarse de tomar referencias... ¡por Dios, si hasta tienen calles y números, para que no haya pérdida! ¡Desastres totales las dos, aún parecemos paletas de pueblo! Eso sí, ahora nos reímos al recordarlo.
      Gracias por pasar por aquí, guapa. Un beso muy grande.

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  8. Mujer, con el estrés de las rebajas en vez de ponerte a dieta te compensa seguir comiendo esas porquerías maravillosas y quemarlo todo a empujones con las demás fashion victims.

    Yo tampoco soporto las rebajas. Este año increiblemente salía de todas las tiendas con un: qué horrible y qué mierda tallas son estas.
    Luego acabé en el corte inglés, y no te lo vas a creer, pero la zona joven la ropa está más barata y mi talla me cabía y no había casi cola. Y compré ahí. Por primera vez en mi vida compré ropa en el corte inglés. Vaqueros a 16-20€ y jerseys de lana modernos con cremalleras a 15€. Camisetas a 3€ y cosas así. Vamos, como ir al Lefties.

    Luego unos taconcitos 20€ (50%), un pijama gordísimo al 50% (de 55 a 27€, ya ves) que ya no he vuelto a poner la calefacción xD y a casita.

    Me ha encantado esta entrada porque me he sentido muy identificada. Me agobian muchísimo también. El año pasado esperé que terminaran, me he dado cuenta que excepto ropa interior, zapatos o pijamas o marcas (levis y tal), la ropa está exactamente al mismo precio. Llevo comprando vaqueros a 20€ desde hace años, tanto en rebajas como en normal. Vamos, que excepto cosas de marca no noto ninguna diferencia y cuando terminan las rebajas la ropa es mucho más bonita.

    Pedazo comentario.

    PD: yo también me he puesto a dieta.

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  9. ¡Ay, Misaoshi, bienvenida al club de las hambrientas! Qué asco de dieta, de verdad, no porque no me gusten las comidas a base de verdura y carne a la plancha (me encantan), sino por todo a lo que hay que renunciar... El chocolate negro, por Dios, es que lo añoro taaaaanto. Y ayer me comí un trozo de bizcocho de limón, joder, era domingo y lo habíamos hecho por la mañana, y tenía un olorcillo... Hoy es lunes y no hay absolutamente ninguna excusa.
    Buaaaaaaa!!!
    Yo he comprado dos veces en mi vida en El Corte Inglés, un chaquetón (a los catorce años) y una falda de napa, en las rebajas, que me duró más de doce años, hasta que ya estaba tan rozada que no era presentable. Aparte de eso, la verdad es que me pasa como dice Iris, que me siento rara allí, no puedo evitar ponerme en plan crítica e irónica y mirarlo todo mal, pijalandia, uych, y encima creo que saco mi lado más hippie sin proponérmelo, bueno, que me altera, la verdad.
    Tienes razón, la mayor parte de la ropa no es más cara en otra época, quitando las marcas, y los vaqueros suelen ser a 20 euros... y en los chinos a 15, y algunos son una birguería total. También he estado viendo vídeos en youtube para aprender a desgastar vaqueros, esos que se quedan solo en hilitos, es fácil y muy divertido, así que también pienso reciclar algunos así.
    Me encanta tu largo comentario, guapa. ¡Ánimo con la dieta!
    Besitos.

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  11. No tengo esa debilidad ni la he tenido nunca, pero también por mi grado de exigencia. Habitualmente compro en una tienda donde el dependiente Mariano resulta que me hace rebajas siempre, cobn lo cual, para mí no hay una época que se pueda considerar especial, pero es que últimamente, cerca de mi casa hay una tienda de HUMANA que es una ONG que vende reopa usada y puedo comprarme miles de cosas a tre o a cuatro euros, con lo cual, tranquilamente cualquier día me paso si necesito algo y cargo. Supongo que también depende de las personas concretas. Yo sé decir que este años me he comprado cuatro pantalones que me gustan a 9 euros cada uno. Para qué quiero más. Te mando un beso que no está de rebajas sino a su precio normal y te voy a responder en tu comentario con mucho gusto

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    1. Antonio, yo también compro cosillas en Reto, que es de segunda mano. Mi madre se llevaba las manos a la cabeza y me reñía, pero es que, no sé por qué, siempre me quedaba mejor esa ropa -o la que me cambiaba con alguna amiga- que la nueva. Quizá porque ya esté "domada" y por eso queda más natural.
      Me hace mucha gracia eso del dependiente Mariano, que te rebaja y tal. En el mercadillo yo también tenía clientes a los que les hacía un poquito de precio, quizá solo porque eran más agradables, la amabilidad y la simpatía es verdad que abren muchas puertas.
      Antes de venir aquí me he pasado por tu blog, me encanta que me contestes, es mucho más un diálogo de esta manera. ¡Gracias!
      Y un beso de flor de almendro -qué bonito- para ti, también.

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  12. Veo, jana, que todavía no has regresado al blog después del soponcio de las rebajas, 'uhmmm!!!
    Como tú, yo para los cachivaches de cada día, me voy tranquilamente a los chinos (en La Almunia, ¡tres nada menos!)o a los moricos (en La Almunia, ¡catorce!!) y ya estoy servida.
    Besos, maja.

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    1. Pili, no es que no haya vuelto por pereza, es que me hice daño en la muñeca izquierda que me duele desde el día de Reyes, hice la última entrada pese al dolor, pero no ha sido muy bueno porque todavía la tengo que no puedo girarla bien, total, que tuve que ir al médico porque ya me estaban asustando y me ha dicho que me la ponga en cabestrillo y no la mueva. Evidentemente, la estoy moviendo un poquito para escribir esto,y para pasarme por los blogs (y para manejarme en casa) pero al menos no la fuerzo mucho rato. Aqui estoy, manquita y cabreada, qué buen regalo me trajeron los Reyes, ¿eh? Pero en cuanto se me alivie algo, tengo dos entradas en perspectiva, así que os daré la lata ya mismito (espero).
      Besitos doloridos, guapa.

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  14. Mira quién ha vuelto por blogger... TADAAAANN XDDDDD

    Respecto a la entrada:

    Ayy que lindas de verdad...

    *.*

    Calla que a ver si se me pega un poquito de la peque, porque de verdad te lo digo... no bajooo naaaadaaaaaaaaa.

    Respecto a lo de la ropa menos mal que yo no iba con vosotras porque si no, me dais de esquinazo a la primera de cambio jaajaja.

    1º No aguanto más de tres tiendas consecutivas. Me mareo, de verdad que sí.

    2º Sabes como visto... y sabes que todos los trapos a mí, bien, lo que se dice bien no me quedan xD

    Ains Mí niña de verdad me alegra enormemente de que hayáis podido pasar esa preciosa mañana las dos juntitas.
    *.*

    Me ha recordado a cuando mí mami y yo hemos podido hacerlo y es la caña de verdad que sí, además en el primarck os lo recomiendo de verdad... las cositas suelen estar baratitas, son de más o menos vuestro agrado (o eso creo), y suelen quedar muy bonitas. Ahí me he comprado yo más de una camiseta de caravelitas o tal *.*

    Espero que tengáis más momentos como éste (ya sabes siempre puedes echarlo al botecito ;) ).

    Mil Millones de Besitos.

    ¡Muuuuuuuuacks!

    PD: ¿Cómo va la manita?

    Te Quiero Gatita Blanca =^.^=

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  15. Mi peque, todavía no he pasado por tu blog porque acabo de entrar por aquí, ahora voy p'allá.
    Es verdad que el Primark está bastante bien de precios, aunque no sé lo que les pasa a sus zapatos que siempre nos queda un pie mucho más grande que otro, nos pasa a las dos, qué curioso. También, ya te digo, me encanta ir a los chinos, siempre hay cosillas, y al mercadillo de los domingos, que es enooooooorme, y cuando puedo, a Reto, allí me he comprado varias chaquetas de estas negras así de vestir, que me gustan a mí mucho para combinar con vaqueros.
    El botecito... todavía no lo he empezado, solo de pensamiento cada noche y cada mañana, pero lo haré en cuanto tenga la mano mejor.
    Y la mano me tiene frita, lavándome la cabeza me la volví a j..., así que estoy aquí a base de ibuprofeno y que no veo yo la mejoría, o por lo menos no mucho. Todo me ocurre a mííííííí...
    Gatita, voy para tu blog ahora así que nos vemos allí.
    Un marramiauuuuuuuuuuu
    Tq,gnoa preciosa =^.^=

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  16. creo que nunca he ido de rebajas. Cuando no ha sido por falta de ocasión ha sido por falta de dinero o de tiempo o de ganas.
    Mi madre siempre nos decía de jóvenes, cuando despreciábamos la ropa, que ya vendríamos luego a buscar en el baúl... Y con el tiempo fue cierto, íbamos a buscar las prendas desechadas y las veíamos, pasado el tiempo y a fuerza de pocos parneles para adquirir prendas mejores, como ropas de boutique jajajaja.

    Besos y ensaladas, aunque yo lo del tabaco...

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  17. Trini, qué gracioso eso de buscar en el baúl. A mí me encanta volver a sacar ropa de hace varios años, y "reciclarla". Y la disfruto casi como si fuera nueva.
    Creía que era yo la única que no iba de rebajas, pero ahora he visto que ni mucho menos, y me alegro de encontrarme con tantos que pensáis como yo. Fue divertido por ser "una y no más", pero no compensa, no. Sigo prefiriendo irme de cañas, la verdad.
    Un abrazo, Trini, y gracias por pasarte.

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  18. jijiji me ha encantado la entrada! pero si aquí hay alguien fashion victim, esa es Lili, yo no la llego ni a la altura del Manolo!
    Odio las rebajas, odio ir de compras y odio gastar dinero en mi. Entro en una tienda, si así, a ojo, tienen el color que quiero, pregunto la talla más grande que tienen. Dependiendo del número que digan, me quedo o no y así, yo misma me voy poniendo un montón de trabas para terminar saliendo de la tienda sin nada de ropa y con mucha "jartura de viví"
    Madre mía, sigues sin fumar? que grandes sois, coño! yo ya me lo estoy planteando en serio pero de verdad. Buscaré el libro y sino, me bajaré el que colgaste tú.
    Un besazo

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    1. Eso de la "jartura de vivir" se me ha pegado también a mí, Maripili, qué jartita estoy de tó... y ahora encima con esta tendinitis que ya lleva un mes casi y no se me quita, ahora ponte a ir de pueblo en pueblo para las radiografías y todas las tonteras que se les ocurra mandar... que no es como cuando vives en una ciudad y todo está a un autobús, no, aquí juegan con nosotros que da gusto, y todo con una tranquilidad que no te imaginas. Jartita pero hasta el moño, no te digo más.
      Sigo sin fumar, cinco meses hizo ayer, ya no lo echo de menos para nada, no creí que me costara tan poquito, la verdad. A veces me fumaría un cigarro pero es cuando estoy esperando en una laaaaaarga cola -médico, paro, lo que sea-, y como de todas formas ya no se puede fumar dentro de ningún sitio, pues se lleva mucho mejor. De pronto te das cuenta de que no tienes que estar impaciente por salir de ahí para fumarte un cigarro, ni pendiente de cuándo acaba esto para fumar... te sientes LIBRE, es guay.
      Pero sigo harta de médicos y de historias, parece que ha sido dejar de fumar y empezar a probarme la paciencia, joder.

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    2. Te diré que mi tío fumaba dos cajetillas y media diarias y cuando lo dejó, él cuenta que creyó morir porque le atacaron laringitis, dolor de cabeza, dolores horrorosos de estómago....y a los meses de fumar, todo solucionado! debe ser una especie de efecto colateral al quitarle al cuerpo una sustancia a la que estaba acostumbrado.

      De todas formas, no creo que una tendinitis ( o como se diga) sea de dejar de fumar....
      No te creas! en una ciudad también tienes que trasladarte para todo, incluso el centro de salud si me apuras, puede estar a casi tres paradas de autobús.
      Suerte con la mano y ánimo, no te cortes las venas aún...(jejeje)

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  19. Hasta ayer no pude ir de rebajas, cuando ya no queda nada o casi nada. Al final he decidido esperar a la primavera, para qué quiero más ropa si lo único que luzco a diario es el abrigo o el uniforme del trabajo...en fin... a ver si deja de llover
    Besitos y ánimo con la dieta.

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    1. Pues, Jo, es verdad que cuando llevas uniforme te quitas un montón de peso de encima, eso de pensar cada día "qué me pongo" yo lo llevo fatal para el trabajo, porque, encima, tiene que ser algo cómodo, flexible, que no dé calor ni demasiado frío... qué agobio.
      Aquí ya ha dejado de llover (por ahora) pero hace un frío que pela, qué ganas de primavera y tardes largas de paseo, de olor a café en los bares, y luego los caracoles picantes... ya mismo están aquí, y renaceremos.
      Besitos, guapa.

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  21. A mí no me gustan nada de nada de nada... Son útiles, eso sí, la verdad que se consiguen cosas increíbles y muy baratas a veces...
    Jajaja, esperaré tu post sobre las ensaladas.
    Besito Jana, buenísimo post!!

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Ana Vega Burgos
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