miércoles, 26 de septiembre de 2012


¡PREMIO DE LILY!



 Aunque cuando abandoné tan ignominiosamente el blog dejé sin poner algunos premios -especialmente de Dawa, que siempre estaba ahí para dármelos, mi pequeña vampirita- ahora Lily me ha dado éste, en su locura, y he decidido no posponerlo, como siempre hago, para que no se pierda en la memoria                                                                        Lily es la chica del blog Lily y el mundo, ya he hablado de él: es un blog chick-lit que descubrí ¡ya hace un año! y que me hizo pasar buenísimos ratos de risa, de llamar a mi niña para comentarle cosas, de adoración absoluta por su autora que, además, ha publicado una novela que todavía no he leído pero que voy a devirar muy prontito.                   Ésta de la izquierda es su novela:                "Y de repente..., ¡él!"                                       Lo más grave del premio es que te pide que pongas siete cosas de ti.No es grave porque tenga que "desnudarme", ya sabéis que acabo confesándolo todo por poco que me presionen.                                                                       ¡Lo malo es el coñazo que voy a daros, me temo, con la confesión!                                                                        De momento no tengo ni idea de qué decir.
 A ver:
     1º.- Aunque seguro que todos lo sabéis, leer es una de mis grandísimas pasiones. Pero la rareza es que, más que libros nuevos, lo que me priva es releer libros archiconocidos por mí, que casi pueda recitar sus párrafos de memoria.

    2º.- Soy una persona obsesiva para todo. Da igual lo que sea: si cojo un libro, no lo suelto (y si tengo que soltarlo lo paso muy mal y solo pienso en volver a él). Si me da por una serie, ya quiero ver todos los capítulos seguidos. Si empiezo a escribir algo, parece que no podré volver a respirar normalmente hasta que no lo haya concluido (imaginaos cuando empiezo a escribir una novela, como ahora, no hay quien me aguante, ni yo misma).

   3º.- Me paso la vida haciendo dieta, aunque extrañamente en esa dieta suelen entrar casi todas las comidas que me gustan, incluso un mini-croissant diario con jamón york y queso hecho en la sandwichera. 

    4º.- Soy terriblemente antisocial, o sea, me siento fatal en las reuniones con gente, con cualquiera, hasta con la familia (excepto, naturalmente, con mi peque, su novio y mi pareja, M.P.). Intento superarlo pero es más fuerte que yo, así cada vez que tengo que acudir a una reunión con gente, como el año pasado en la guarde, sufro horrores, se me seca la boca, sudo...

     5º.- Me vuelve loca bailar, me encanta el pop de los 80, que por suerte ahora se está poniendo muy de moda, y el rock, y casi toda la música española que se pueda cantar a la vez que se baila. Me dio vergüenza bailar hasta, más o menos, los treinta y dos años, pero después comprobé que me divertía tanto bailando con mi niña que perdí la vergüenza (en eso) y no la he recuperado.

     6º.- Desde los catorce años hasta hace veintiocho días, he sido fumadora empedernida, compulsiva, de casi dos paquetes diarios y a veces hasta más, pero nunca me he podido tragar el humo porque me mareaba. Aprendí a retenerlo en la garganta para que dejaran de decirme: "¿no te tragas el humo? ¿Entonces para qué fumas?" y casi nadie se daba cuenta, pero era así.

     Y

     ¡7º!.- Me encanta cocinar pero soy casi incapaz de hacer un guiso, asado o lo que sea sin probar a echarle algo diferente cada vez. Así he descubierto nuevos sabores deliciosos, pero alguna que otra vez -muy pocas, afortunadamente- ni el perro ha querido acabarse mi innovación.

   Y ahora ¡no me lo puedo creer! ¡Creí que tardaría un siglo en encontrar siete cosas para decir, y no he tardado ni media hora, y además no me he enrollado demasiado para lo que yo soy, ¿verdad?!
   
 Así que os voy a regalar otra verdad mía, de propina:

    8º.- A veces me cuesta horrores comentaros en vuestros blogs porque me parece que todo lo que pueda decir es evidente, y me siento sosa, aburrida, antigua y esperable. No me gusta sentirme así pero muchas veces la sensación me hace borrar lo que ya he escrito y hasta noto el calor del rubor en la cara, el rubor de la vergüenza.

     Sé que tendría que ir a un psicólogo, de verdad, para que me ayude un poco con la autoestima, la tengo por el sótano desde muy, muy pequeña.
      Últimamente pienso que tendría que ir al psicólogo por bastantes motivos; otro es que me cuesta muchísimo concentrarme en algo: si leo, quiero estar escribiendo, si escribo, quiero estar cocinando, si veo la tele, quiero estar leyendo, no me siento a gusto casi nunca, haga lo que haga. Dice Anais que puede que eso sea un Síndrome de Déficit de Atención (sin hiperactividad, que eso no lo tengo, puedo quedarme sentada escribiendo, leyendo o cosiendo un montón de rato, aunque me levante cada media hora para ir al baño o a beber agua o a dar una vuelta). Me ha empezado a pasar tan fuerte cuando acabé el trabajo y quería hacer un montón de cosas que no había podido hacer a lo largo del año.
      
  ¡Bien! Pues ahora hay que ir a... tatatachán:
  ¡Siete blogs a los que pasarles el premio!

  Requisitos: poner siete cosas sobre ti que no sepamos (y si las sabemos disimulamos, ¿eh?), nombrar al blog que nos ha dado el premio y pasárselo a otros siete para que la cosa no decaiga.

  Lily aprendió a contar ante un espejo y se lía un poco, así que ella ha repartido generosísimamente los tres premios que le han dado a la vez y Maripili, Ana Pepinillos y quizá alguna más lo tiene a la vez que yo.

 Advertencia: sé que a algunos de vosotros os agobian los premios; os perdono ponerlo (puesto que no íbais a ponerlo de todas formas) si pasáis por aquí y nos contáis las siete cosas sobre vosotros. A elegir.

  La que no lo tiene seguro es mi gatita vampirita Dawa, y va para ella y para su blog 
           El silencio de la luna

 Otro para la chica a la que le he dado ya unos cuantos premios y nunca puede ponerlos, Misaoshi con su blog 

           Las paranoias de Misaoshi

Para mi amigo Pelayo, el iliplense, el nieblero, un poco tarde como regalo de cumpleaños, para su blog:

          Sentimientos iliplenses

Para Pitt Tristán y Pepe Deapié, lo siento pero ¡estáis nominadísimos! mis dos misántropos, de

          El misántropo digital

Para mi querido Eladio, creo que nunca te he dado ningún premio porque me imagino que no te va a gustar mucho, a lo mejor me equivoco y todo, pero léete la advertencia y ¡esta vez te ha tocado, Eladio!
  Eladio tiene dos blogs:


y

         Secuencia de fotos

Mas o menos, creo que me va a decir Kebran lo mismo que Eladio, pero, anda, que son siete cosas... Y añadir que fue en gran parte gracias a ti que yo me atreviera a hacer mi bloguito. Su blog es:

         El Kebrantaversos

A Ester la acabo de conocer, prácticamente. Entró en mi blog, le gustó el discurso de Federico y me dejó unas palabras. Fui al suyo y... me quedé impactada. Había allí una imagen (no sé si cuadro o fotografía, no entiendo de eso) con, simplemente, un trozo de calle y una furgoneta, no como la que yo llevaba a los mercadillos pero que, de algún modo, era mía, o mejor dicho, yo era suya, le pertenecía.
 No sé explicároslo, pero aquella imagen me alegró el día. La voy a poner abajo, seguro que a Ester no le importará. Es encantadora, su blog tiene magia y es:

        Autodidacta

También paso este premio a Luís Bonaventura; ya sé que está ocupado, pero no hay prisa, simplemente disfruta el premio, que hace mucho que no pones ninguno, creías que te habías librado, ¿no? Ahí va:


Otro: a Adel, creo que tenías algún problema con poner los premios, ¡pero puedes hacer caso a la Advertencia y ya está! ¡Y Bienhallada en este mundo del que te estabas perdiendo, como yo! Su blog:

       Agua de mar

Otro para Ví, espero que no me pongas pegas, quiero saber algo más sobre ti, da igual si es que te gusta el puré de patatas o que odias a los gatos. El blog de Ví es:


Voy a copiar a Lily y contaré cuántos van... teniendo en cuenta que de Eladio he nombrado sus dos blogs, pero eso cuenta como uno, (el premio es para Eladio, ¿vale?), pues yo cuento seis.

(¿Alguien está pensando que cuento mal, acaso?
Pues, como me dijo"la belicosa",  algunos la recordaréis: ¡que sepas que yo tengo el graduado...!)

Así que ahí va el séptimo, y s para el blog de Antonio, granadino y alguien que está en el mundo de los niños y lo lleva maravilloso. Tuve suerte de dar con él a principios del curso pasado, para la guarde, y no sabéis cuánto me ayudaban sus entradas y la sola idea de que estaba allí, que si necesitaba una consulta urgente podía contar con él. Su blog es:

     Como niños


Y ¡se acabó! Seguiría nominando, pero hay muchos blogs que se están tomando unos pedazos de vacaciones que ni te veas, así que sería una tontería premiarlos para que no sepan nunca lo que han  tenido y han perdido...

No, no estoy de cachondeo, es que tengo una temporada rara. No voy a extenderme más (bueno, sí, un poquito, ya me conocéis) pero sí os contaré que estoy escribiendo una novela (juvenil, yo siempre infantil o juvenil en las novelas), que hacía años que deseaba escribirla pero no sabía cómo hincarle el diente, que por fin empecé a darle vueltas cada vez más rápidas y cercanas, y de pronto dije: va, venga.                                  Creía que me iba a costar muchísimo avanzar y de hecho los primeros días así fue, pero de pronto cogí el hilo y mi cabeza hizo el "clack", da miedo esas cosas que hace mi cabeza porque de pronto caes en la obsesión. Solo vivo para escribir. Cualquier otra cosa, por agradable que sea, es una interrupción. En los dos últimos días M.P. me ha tenido ya que dejar a mi bola y he desayunado, comido y cenado frente al cuaderno, con el boli en una mano y el  tenedor en la otra.

    Os juro que no miento.

   Sé que debo controlar, que no es bueno, seguro. Cuando acabe este capítulo que llevo, que es de más adelante pero el más difícil, creo que me relajaré y podré seguir a otro ritmo. Milagro es que esté aquí, haciendo una entrada, pero no quiero caer otra vez en la dejadez por mi pobrecito blog.
  Bueno, ya sabéis qué me pasa estos días. A la vez, hablo por los codos en los pocos ratos en que descanso, y ocurre que escribo de pronto por los codos también, me cunde horrores, pensaba cómo conseguir llegar a los 80 folios y me parecía imposible; llevo 148 y me queda un montón que decir.

  Tal vez resulte un bodrio, no sé. Pero por ahora estoy súper feliz, me gusta a mí, y la estoy disfrutando. A mi peque Anais le está gustando también, me fustiga cada día: ¿qué haces hablando? ¡A escribir!, porque cada día escribo, primero a mano, eso me encanta: cuaderno tamaño folio y boli bic cristal, acurrucada en cualquier rincón donde haya luz natural... Después lo paso al ordenador, me encanta también mecanografiar, (¡no entiendo por qué me gusta tanto!), y por fin le envío por correo electrónico lo que  he hecho.   
    A veces me riñe o me echa algo para atrás; casi siempre le hago caso, ayer en una cosa no quise cambiarla y me gruñó un poco, pero es que era algo que yo quería poner, punto pelota.


Y ahora os voy a dejar ya, ¡¡¡ya era hora...!!! (gritos que me llegan desde detrás del ordenador, de dentro, esto parece una peli de miedo...). Pero no sin antes poner la imagen de la que os he hablado, la que me impactó tanto y me regaló un día genial, maravilloso, no por los acontecimientos sino por la magia en la que yo me sentía envuelta:




   ¿Sabéis algo más de ella?: tengo dos relatos escritos hace un par de años, "La Capucha Gris" y "La Bola De Cristal", y la mayor parte de la acción de esos relatos transcurre ahí, en esa calle, quizá en esa tiendecita del toldo.
   También tengo un libro muy querido, de esos en los que todo lo que tiene que pasar puede pasar, "La Volatinera", de Dorothy Gillman, y también, sí, creo que es en esa calle donde se desarrolla una gran parte, en la segunda planta de alguna de esas casas...
   ¿Paranoias mías? Puede ser; ya me estoy resignando a que tengo cosillas raras, bueno, por lo menos no me da por apuntar a los gatos con una escopeta desde mi ventana, ¿no? Soy así, pero ¿y lo bien que me lo paso a veces? 
 Pues eso.
 Ya os contaré más, quizá, de la novela. ¡Sí, es una amenaza!
 (Por cierto, el título será: "Diario De Alba - Cuadernos De Tristeza". Escucharía sugerencias, no garantizo que las siga a pie juntillas, pero agradecería que me dijerais si os gusta o no. 
(No me digáis que es triste porque es que la novela lo es, una gran parte al menos).

Y ahora ¡café, boli y cuaderno! ¡La felicidad! Y además, la primera lluvia del otoño en mi ventana, desde que empecé a escribir esto. Huele la tierra mojada y parece un regalo más, hoy viene Anais a pasar el día conmigo, escribiré a ratos como un ladrón, veremos alguna película porque el día está para eso y estaremos juntas, eso es lo importante.
 ¡ Hoy es de esas mañanas en las que adoro a todo el mundo y me gustaría gritarlo a los cuatro vientos!

 Pero no temáis: ¡no lo voy a hacer!
¡Mil besitos para cada uno de vosotros!

jueves, 13 de septiembre de 2012

 Hoy ha llegado a mis manos, mediante correo electrónico de mi prima Eva, de la que ya os he hablado otras veces, una copia de un discurso que dio García Lorca al inaugurar la Biblioteca de su pueblo, Fuente Vaqueros. Me ha impresionado tanto que quiero compartirlo enseguida con todos vosotros, antes de que empiece a hablar de otras cosas y el tema se olvide. Aunque hace ochenta años del discurso de marras, hoy día viene lo que se dice como anillo al dedo.


                    Discurso de Federico García Lorca al inaugurar la biblioteca de su pueblo Fuente de Vaqueros (Granada). Septiembre 1931.

                                                              Medio Pan y un Libro.


 Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. ‘Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre’, piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.

Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.

No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.

Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?

¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’, y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: ‘¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!’. Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.

Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: ‘Cultura’. Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz.



La presentación power point que me manda mi prima acaba con las siguientes palabras:




A PUNTO DE CUMPLIRSE OCHENTA AÑOS DE AQUEL DISCURSO, CUALQUIER SEMEJANZA CON LA REALIDAD NO ES PURA COINCIDENCIA.




      (y lo he señalado en rojo porque sangra)

Contacto

Ana Vega Burgos
anavegaburgos,@hotmail.com