martes, 4 de diciembre de 2012


Quisiera hallar una aldea
con una escuela pequeña.
Un viejo profe, lleno de ansiedades
y una sufrida y joven maestra.
Salir de clase e irme con los amigos,
todos alrededor de la candela.
Peleas, y bromas, y andar siempre contigo,
y que la lluvia resbale por las tejas.
Quisiera hallar una aldea...
Un camino lleno de barrancos
donde la nieve se arremoline.
Grutas, y un valle, y un riachuelo,
y mil estrellas que brillen.
Quisiera hallar una aldea...
Una taberna donde, en la mañana,
sirvan tazones de humeante chocolate,
y al asomarte a su portalón
veas, llena de niños, la plaza grande.
Quisiera hallar una aldea
llena de frío, con calor de hogar.
Días grises de viento, tormenta, nieve...
Mi madre, planchando. Mi padre, a trabajar.
Quisiera hallar una aldea
en donde volver a ser niña pequeña,
con mi abuelita cosiendo en su rincón
y mi abuelo fumando en pipa junto a la chimenea.
Asomarme al redondo ventanuco
y que la lluvia o la nieve me besen.
Ponerme grandes botas de goma
y meterme en los charcos, alegre.
Para vivir contigo, dulce amor,
quisiera hallar esa aldea... Para ti.

   Llevo unos días con poquitas ganas, o poquita inspiración:  apenas paso por los blogs, el mío ni lo miro... en fin, se ve que noviembre no es mi mes más creativo.
  Pero hoy he pasado por el blog de Salvochea, Alboreando y al leer su poema me he sentido transportada totalmente a mis catorce años, a la niña -bueno, casi mujer, que catorce años no es cosa de niños- que fui, y a aquellas añoranzas que me invadían. Entre libros -Heidi, sobre todo-, películas -Mujercitas, con la nieve al empezar- y sueños... escribí este poema que os he copiado, "Quisiera Hallar Una Aldea", y lo que me sorprende es que, todavía, siento ¡lo mismo! Que, pasados todos estos años, y tras ser mil personas diferentes, vuelvo a sentirme identificada con aquella niña que anhelaba meterse en los charcos con botas de goma, y mirar por el ventanuco para sentir el beso de la nieve. ¡Si es que aquí nunca nieva, me siento estafada!
  No lo miréis más que como lo que es: una ilusión de niña. No os escandalicéis por lo de "mi madre, planchando. Mi padre, a trabajar", porque es lo que en aquella época teníamos. 
  Supongo que, si quisiera psicoanalizar a la que escribió este poemita, empezaría por el "viejo profe lleno de ansiedades", ¿de qué libro, de qué recuerdos? Quizá el señor Carpenter, de Emily de la Luna Nueva... solo que ese libro lo leí dos décadas después. Y la "sufrida y joven maestra"... ¿sería la señorita Marina, la de mi novela Su Mirada Azul...  escrita también veinte años más tarde? ¿Viven, perviven en nosotros , sin principio ni fin, personajes del pasado y del futuro?
  Por supuesto, os pido que reconozcáis al abuelo de Heidi en ese abuelito que fuma en pipa junto a la chimenea. Creo que Heidi me marcó más que ningún otro libro: me cargué montones de sartenes de mi madre intentando asar queso como hacían en los Alpes, he sentido toda la vida añoranzas de una cabaña entre la nieve, de abrirme paso con la manga a través de un cristal cubierto de blanco, de conocer todo eso que describía Joanna Spyri en su novela. A veces me pregunto si, sin mis libros, sería la que soy, me parecería en algo a mí misma.
  Para adornar la entrada, estoy poniendo algunas fotos de hace una semana, en el camino de la Fuente Agria: cayó una granizada que, durante dos días, cubrió de blanco los alrededores del pueblo como una nevada de mentirijillas. Fue una gozada.


  

38 comentarios:

  1. Sí, la verdad es que es muy Heidi, la abuelita cosiendo, el abuelo fumando, el ventanuco redondo...
    Tú pon mi padre planchando y mi madre a trabajar, verás que nadie te habla de desigualdad, que estamos tontos.
    Qué bonitas las fotos, y la imagen de arriba del todo me ha encantado.

    P.D. No digas tan alto eso de que aquí no nieva nunca, que me da a mí que este año vas a quedar por mentirosa :P
    Hasta mañana, besitos GBLR

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  2. ¡Ojalá, ojalá, ojalá! Frío está haciendo, y el cielo así blanco, como la más pura Navidad... pero no quiero hacerme ilusiones, que luego me llevo cada chasco.
    Mañana te enseño el resto de las fotos, hice un montonazo.
    Ah, por cierto, si pongo "mi padre, planchando, mi madre, a trabajar", no se lo cree ni sanani. Quizá "mi madre planchando después de trabajar" sea la más real.
    Hasta mañana, gblr guapa.

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  3. Acaso noviembre no te inspire, que lo dudo, pero sí que te ha retrotraído a tu semi-adolescencia y de paso, al leerte, me has transportado a la mía:)
    Claro que, a mí, Heidi, me pilló un poco mayor que a ti:)

    Besos

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  4. Trini, todavía lo leo de vez en cuando para volver a su magia. Hay libros que tienen magia y libros que te marcan para siempre. Recuerdo cómo me marcó y cambió mi manera de pensar "Un Sexo Llamado Débil", de Martín Vigil, que era el autor de moda entre las chicas cuando yo tenía doce años. Y la serie "Malú, Mujer" también me influyó tremendamente.
    No seríamos los mismos si no hubiéramos vivido, leído visto aquellas cosas.
    Un abrazo, Trini.

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  5. Pese a lo que dices que noviembre no te inspira, has escrito maravillosamente y me has acercado recuerdos muy valiosos para mi. Gracias por ello. Un abrazo grande.

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  6. Que lindo post Anita. Mujercitas era mi libro de cabecera, se lo regalé a mi hija y aún no lo tocó, las generaciones cambian, jejejeje. Yo ando a mil en el trabajo, coordinando grupos, sacando adelante los estudios para sí o si el 31/12 irme de vacaciones!! Estamos todos cansados, ha sido un año duro...en cuanto pueda te mando un mail. Y arriba que escribes precioso y tienes muchas cosas para decir. Cómo va lo de la editorial...

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  7. Ahh me olvidé de decirte que me encantaron las fotos y que el poema también cuando lo leí me transportó a mi adolescencia. Tendríamos que hacer canje, por aquí hay como 30 grados, te paso un poco de calor y tu un poco de frío. Besos enormes desde Uruguay

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  8. Alma, me alegro de haberte traído recuerdos hermosos.
    Un abrazo, guapa, gracias por pasar.

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  9. María, encantada te paso ocho o diez gradillos y hacemos cambio,sería genial. Aquí, al lado del brasero se pasa, pero cuando estás para arriba y para abajo haciendo cosas... ¡puf! te hielas. Y mi casa es especialmente fría, de paredes gruesas y con poca luz, eso es lo que más me mata.
    Tampoco Anais leyó Mujercitas, me pareció increíble, pero así son las hijas. Mira que ella y yo compartimos libros, pero con algunos me dice que no, o que ya ha visto la peli, y no hay manera. Así ando detrás de ella desde hace años para que lea "Matar Un Ruiseñor", el libro que más me ha gustado de todos los que he leído, mi gran amado. Pues nada.
    Cría cuervos...
    Besitos, María, guapa.

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  10. ¿Porqué los que escribís bien os empeñáis en psicoanalizaros? No os habéis parado a pensar que os leemos simplemente porque nos gusta;por lo menos a mí me sucede eso, estoy tan harto de analizar todo lo que leo (libros, artículos, publicaciones varias, periódicos, etc.) que aquí busco, en rincones como el tuyo, Jana querida, el sentimiento puro y duro, saborear ese contraste frío-caliente de la nieve del exterior y la calidez del hogar, para mí sigue siendo tan válido como la niñez que recuerdo, sin nive, pero con el suficiente frío como para dibujar con los dedos sobre el vaho que depositábamos en los cristales de las ventanas.
    Por cierto, y para que el mal de muchos nos sirva de consuelo yo también llevo años detrás de mis hijos para que lean "El principito" y/o "Momo".
    Besos apretaos!!!

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  11. Al final a los que escribimos(al

    menos a mí) la memoria nos devuelve

    a un tiempo que ya pasó, en el

    fuimos felices y a veces no tanto.

    Pero los recuerdos para mí que

    vivo lejos de donde pase mi

    infancia y mi adolescencia son

    importantisimos.

    Ah, de frío aquí lo que quieras.

    Saludos desde El Bierzo

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  12. Si hallas esa aldea... Espero que cuentes conmigo.
    Me vas a permitir aunque no sea tan buena, se me ha ocurrido mientras leía:

    Y Hallar una aldea...
    En la que solo estemos los dos;
    Tú y yo...
    Aunque tenga que imaginar;
    Quién y Cómo eres.
    Quiero hallar esa aldea,
    Quizás ahí te encuentre.


    Valiente forma de arruinar tú poemita cielo u.u no tengo remedio xD

    Espero que por fin nieve, puedas verla, tocarla y sentirla, a mí para eso aún me queda quedarme con las ganas y esperar y esperar a poder acercarme a algún rincón en el que poder perderme entre esa marea blanca y meterme en una cabañita de madera en medio de ese paisaje nevado -sí, yo también xD-.

    Las fotos son preciosas, la primera tiene algo especial, no sé qué es, pero me ha encantado.

    ¡Mil Besazos Gatita Monosa!

    =^.^=

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  13. PD: Soy un desastre u.u

    ¿Cómo he podido olvidarme de decirte que el poema es precioso?

    Ains... si es que ya con catorce añitos tenías madera *.*

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  14. Gracias, Pelayo, por lo de "los que escribís bien", aunque, chico, tú tampoco eres manco.>Pero no es que sea cuestión de psicoanálisis, sino que te preguntas si esto o aquello te influyó tanto que todavía está ahí, dirigiendo algo en tu vida, si en lugar de ese libro o esa película hubiera sido otra cosa, ¿quién, cómo serías? Da qué pensar, ¿no?
    Hablando de El Principito, mi niña lo leyó muy pequeña (siete) pero fue porque los alumnos de Arte Dramático de Córdoba lo hicieron en teatro, fue una preciosidad cómo lo consiguieron, y, claro, después de ir a verlo, a ella ya le apeteció mucho leer el libro, aunque no sea tan para niños. Otro que me gustó que leyera fue "Juan Salvador Gaviota", ése fue de nuestra época, ¿lo recuerdas?
    Besos apretaos, Pelayiyo.

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  15. Salvochea, al final creo que vivimos de recuerdos, si son hermosos, el resto de nuestra vida debería ser feliz. Yo tuve la suerte de una infancia muy, muy feliz, a pesar de que hubiera, como en todas partes, mal rollo a veces, pero el recuerdo que queda es de indescriptible felicidad, diversión, amistad, juegos, realización personal. Mis amigas eran -y son, una de ellas es la mujer de Pelayo- la caña, éramos un raro grupito que nos autodenominábamos "La Tropa" y hacíamos cada año teatros organizados por nosotras, y lo tomábamos muy en serio, trabajábamos de firme, estábamos muy unidas todas. Inolvidable, Niebla y mis amigas, qué etapa tan hermosa de mi vida. Por eso ahora me es difícil ser feliz, quizá.
    Un abrazo fuerte, Salvochea.

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  16. Ya lo creo que contaría contigo, Dawy, y jugaríamos en la nieve y haríamos muñecos, y batallas de bolas de nieve, y luego a la cocina a hornear alguna cosa buena y calentita para el té... ya sé que he visto muchas películas, pero me encantaría vivir eso. Entre Avonlea, Heidi y Mujercitas, ya te digo. Al menos me queda el consuelo de los libros.
    ¿Qué es eso de "Gatita Monosa"? ¿Nueva palabra? Se te va la pinza, peque.
    Es raro, también a Anais le ha encantado la primera foto. Aquel día estaba el camino de la Fuente Agria realmente hermoso, maravilloso.
    Gatita, dulces ronroneos para ti,preciosa mía. =^.^= Ya te mandaré algunas fotos de Puchy, que está muy grande y sinvergüenza ya.

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  17. Hola jana.

    Creo que en el fondo, todos deseamos hallar esa aldea perdida fría y a la vez cálida. Yo una vez la hallé una parecida y sobre todo real en las montañas de Asturias; creí que enloquecía de placer. Después la dejé y nunca más la he vuelto a encontrar...
    en el fondo mis sentimientos son parecidos a los tuyos o a los de Joanna Spyri. ¿Sin mis relatos sería el que soy? Seguramente no, pero tampoco lo sé...

    Un abrazo.

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  18. Querida Jana: No ha sido necesario remover más el otoñal 'rey noviembre' para sentirme transferida a él, mi buen Scorpio.
    Poco pides, mucho aciertas con esa Heidi que sí, sí, ha inspirado a más de una generación allá por allá pasada.
    'Abuelita, díme tú'.
    ¿Qué bien dijera?
    'Quiero encontrar una aldea...'
    Y tan buen poema, tan buen escrito, Jana.
    Un abrazo

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  19. Con respecto a la inspiración y a las ganas de escribir creo que nos pasa a todos, así como vienen muchas veces se van, pero siempre vuelven...
    Besos

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  20. Josef, qué envidia me das, ojalá yo hubiera encontrado esa aldea de mis sueños aunque fuera por un día. Quién sabe, o tal vez esté dentro de mí y pueda encontrarla de pronto.
    Seguro que no serías el mismo sin tus relatos ni sin tus lecturas, es algo que nos enriquece.
    Un besazo.

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  21. Pili, gracias por pasarte, guapa. Sí, no me cabe duda de que Heidi ha marcado a muchas generaciones, también mi hija siente esas añoranzas y, además, cada vez que ponen la serie, ¡la vemos! Y eso que ya es que casi nos la sabemos de memoria.
    Cierto, poco pido con esa aldea de mis sueños,pero no la encuentro, no.
    Un abrazo.

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  22. Eva, pues yo ahora estoy de baja inspiración: ni escribir, ni blogs, casi ni leer... aunque de esto último pienso ponerme las pilas ahora, porque no puede ser que deje de lado tantas cosas, y con el frío apetece mucho quedarse leyendo en el brasero, acurrucada, con un cafelito bien caliente al lado. Y sin cigarrillos... buaaaaaaa... todavía tengo un poco de "mono" de tabaco, pero aguanto firme.
    Un besito.

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  23. Ay, ¿en serio intentaste hacer queso en una sartén? Pobre.

    Jo, ¡menuda granizada! ¡¡Y otra granizada de palos que te va a caer de mi parte como cojas un pitiflusqui y vuelvas a fumar!!

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  24. Guapa, cómo has estado? Cómo te están llevando los fríos? Yo por aquí aguantando el estress de los últimos días de trabajo el 30/12 comienzan mis vacaciones!! y no veo la hora, besotes desde Uruguay

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  25. Misaoshi, en realidad lo que pretendí (montones de veces) fue fundir queso en una sartén, pero me cargaba las sartenes de mi madre. Ahora, a veces, lo fundimos en el microondas y está de rechupete si no se queda hecho goma, depende de si acierto o no con el tiempo.
    De verdad, no voy a fumar, solo que hay momentos en que me apetece, más que nada porque parece como si ahora tuviera siempre mucho sueño, duermo un montón y aun así siempre querría más, leo mucho menos... y pienso si será porque el cigarro me mantenía más alerta, o porque llenaba más mi tiempo, pero no tengo intención de volver a cogerlo, me haría sentir como lo peor ya, un fracaso total, así que no te molestes en buscar los palos! ¡Qué miedo!

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  26. María, aquí estoy ya resfriada, con menos frío del que esperaba pero suficiente, y con la depresión de cada invierno, yo creo que me falta luz del día, mi casa es oscura y tengo que tener la luz encendida desde por la mañana, eso me agobia mucho.
    Estarás súper feliz esperando las vacaciones, ¿eh? Cuando se trabaja es cuando se disfruta de ellas de verdad.
    Un beso grandote.

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  27. Yo también ando bastante desconectada, pero sigo aquí.
    Un beso

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  28. Sencillamente precioso, encantador.Hace que reflexione, que es en realidad lo que la mayoria de las personas y con cierta edad busquemos en nuestros recuerdos.Añoramos el tiempo pasado la calidad y el calor de las gentes,la convivencia, el trato y quizas los sentimientos.Aquellos que vivimos en pueblos y que ademas estos poseen pedanias, sabemos de lo que hablamos.Que bonito vivir y en estos tiempos en una aldea como bien la describes. Gracias por hacerme recodar tiempos pasado.

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  29. Hola tesoro, paso a dejarte un abrazo lleno de calor y ternura como el que desprende la lectura de tu post.

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  30. Maripili, feliz Navidad, preciosa, que estamos las dos un poquillo... "así", ¿verdad?
    Pero por aquí seguimos.
    Un beso enorme.

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  31. Antonio, ¡qué alegría me da cuando pasas y comentas! Al hablar de las pedanías me has hecho recordar a "La Peñuela", en la que estudiaban algunos de mis antiguos compañeros de clase -Petra, Rosario, Cristobalina, Juan María...- es extraño cómo vuelven sus nombres a mi mente, después de tantos años. Cuando escribí estos versos, ¡a los catorce!, ya me sentía melancólica, nostálgica, hoy me siento igual.
    Feliz Navidad, amigo de Niebla, y espero que en 2013 sigamos coincidiendo en el blog de Pelayo y en éste mío.
    Un abrazo.

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  32. Neuriwoman, gracias, de corazón, por pasar por aquí para darme ánimos y saludarme. Estoy otra vez un poquillo mal, creo que todos los inviernos me ataca la misma tristeza, esta desgana... y cada vez tengo menos ganas de luchar contra ella.
    Felices fiestas, cariño, y un beso enorme para ti.

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  33. Es curioso Jana,pero sabia que me ibas a contestar nombrando la peñuela. Para mi es un placer y un orgullo entrar en tu blog y disfrutar de tus poemas.Tambien decirte que me emociona cuando por estos lugares de la tegnologia encuentras Ilipenses que en la distancia siguen añorando este nuestro pueblo.
    FELICES FIESTAS PARA TI Y LOS TUYOS Y TODOS LOS ILIPLENSES Y LOS QUE SIGUEN TU BLOG

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    1. Querido Antonio, se me había pasado por completo tu respuesta aquí, perdona por la tardanza en contestar pero es que ni lo vi.
      ¿Por qué sabrías que iba a mencionar La Peñuela? Es curioso, sí. Me gustaría tanto volver por ahí... y ahora que lo pienso, es que ni siquiera sé por qué carretera estaba. Por la de Valverde, quizá.
      Ya es un poco tarde para desearte -por aquí- felices fiestas, pero sí te digo que espero que los Reyes se porten bien contigo y te regalen la ilusión que tanta falta nos hace, la ilusión con que los esperábamos de niños...
      Un abrazo apretao.

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  34. Querida amiga: Te había perdido la pista, hoy te encuentro de casualidad y no puedo por menos que venir a tu casa para dejarte mis mejores deseos en esta Navidad y en el próximo 2013.
    Cariños.
    Kasioles

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    1. Kasioles, ¡qué maravilla! Yo también había perdido tu pista completamente, ¡cuánto me alegro de que me hayas vuelto a encontrar!
      Desde luego, ya seguiremos en contacto, espero.
      Un abrazo.

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