martes, 16 de octubre de 2012


LA VIEJA PAULINA

Caen las hojas doradas de los arboles.
Está en silencio el parque. Solo se oye
un remoto piar de pajarillos
y, más lejos, el pueblo y sus rumores.

En un banco de hierro, al sol, está ella.
Es vieja y está sola. Por su boca
una sonrisa baila sin posarse,
y unos niños murmuran: "¡es la loca!".

A sus pies, el carrito remendado
donde guarda su mundo hecho retazos.
Sobre la falda, grises, dos palomas
yacen muertas, inertes: son sus manos.

Zumba una abeja sobre su cabeza,
mas no turban su paz ni sus latidos.
Vive soñando, acaso, en un pasado
que fue presente, pero ya es olvido.

Ayer eran sus ojos expresivos,
y su vientre fue cuna de dulzuras.
Su mano acarició rizos de oro
prodigando consuelos y ternuras.

Ayer su vida fue río caudaloso
donde orgullosa navegó sin miedo.
Hoy su barca naufraga en aguas plácidas,
y sin prisas, ni pausas, se va hundiendo.

Es vieja y está sola. Si está enferma
nadie su frente con amor refresca.
"Es la loca", comentan, y en su fiebre
oye las voces y los ojos cierra.

...   ...   ...   ...   ...   

Caen, doradas, las hojas de los árboles.
Riza el viento el espejo de la fuente.
Va el ocaso pintando negras sombras
y es la noche, otra vez, como una muerte.
                                                    Jana                  
                                             
  No sé por qué, a este poema lo he llamado siempre "La Vieja Paulina"; no conozco a ninguna Paulina, ni joven ni vieja, y no sé de dónde me viene ese nombre, pero he decidido titularlo así en honor a esa Paulina desconocida que se quiere meter en mi mente y en mi verso. Para ella, también, esta rosa malva y estas mariposas, para que pueda seguir soñando siempre en un mundo distinto al que pisan sus pies.

34 comentarios:

  1. Paulina suena bien, yo conozco a una es mexicana y vive en Colorado, Usa. es joven y vital. Pero el tiempo pasa muy rápido.
    Yo no me llamo Paulina pero puedo ser ella, quizás por eso me has emocionado, he sentido la necesidad de abrazarla y sentarme a su lado.
    Unos besos desde el alma

    ResponderEliminar
  2. Me gusta Jana, de hecho ¡me la pido!
    No te asustes que no estoy hablando del poema, me pido esa vejez.
    No sé con qué intención la escribiste, pero poco a poco y de muchos maestros (entre otros de ti) he aprendido a darle mi propio sentido a las palabras de los escritores. De entrada esperaba unos versos tristes, pero Paulina me ha suscitado más envidia que otra cosa; tus versos me saben a serenidad y paz, a una vida plena que se acaba pero de la cual marcharse "con los deberes hechos".
    Gracias por presentarnos a esta creación tuya.
    Besos apretados

    ResponderEliminar
  3. Gracias, Ester, por ese impulso hacia mi Paulina. Esté donde esté, es entrañable y la quiero, y puedo verla tan claramente como si estuviera ahí, en la plaza, al atardecer, ya hace frío pero ella sigue ahí mientras los niños juegan y ella sonríe sin oírlos...
    Besos muy cariñosos, Ester, guapísima.

    ResponderEliminar
  4. Es extraño que la veas así, también yo la veo feliz a pesar de sus carencias. Tiene su mundo propio, no necesita lo de fuera habiendo tanto dentro.
    Yo no sé qué vejez me pediría... pero creo que me gustaría estar muy cerca del mar, y eso será difícil, dado donde vivo. Sin embargo, sería mi vejez más amada: junto al mar, muchos libros, flores y árboles, muchos árboles que en otoño se pongan doraditos como panes recién hechos.
    No tenemos pajaritos en la cabeza, madre mía...
    Besazos apretaos, me ha encantado verte por El Misántropo, estoy segura de que vas a disfrutar mucho allí.

    ResponderEliminar
  5. Curiosamente también tengo un relato cuya protagonista es Paulina. Y, como tú, no sé del por qué elegí ese nombre;)

    Es muy hermoso el poema. Triste y hermoso.

    Besos

    ResponderEliminar
  6. A ver, Jana, con la que está cayendo no estamos para poemas de estos de buena poetisa, profundos, que llegan a los sentimientos y nos ahogan con su pena, así que no escribas mas cosas de estas.
    Por cierto, te has dejado de leer y contestar a unas réplicas a tu comentario de la entrada Margaret Atwood del blog del misántropo y, hasta el propio Pelayo -sí, el auténtico Pelayo-, reclama esa respuesta. Vuelve y contesta, Jana.

    ResponderEliminar
  7. Trini, ésta es la imagen que te cogí, ¿te acuerdas? Había perdido el cuaderno donde escribí el poema, pero ayer lo encontré, ordenando montones de libros, ay, que me comen los libros míos y los de mi padre, así que vine corriendo a ponerlo antes de que lo vuelva a perder.
    Qué curioso que te haya pasado igual a ti con Paulina... habría que pensar si no será un personaje buscando su autor, ¿verdad?
    Muchos besitos, nena.

    ResponderEliminar
  8. Pitt, me siento súper halagada leyéndote esas cosas. Gracias.
    Este poema tiene muchos años, es de cuando volví a escribir poesía, tras un montón de años de sequía total. Siempre lo estoy perdiendo y encontrando, es curioso, como su nombre y su origen. Cosas mías.
    Pitt, que ya he ido, hijo, tenéis una cara... pero, dime, ¿a que Pelayo es la caña? Él hizo de Bécquer en una obra de teatro que representamos en el colegio, la escribió mi padre, y yo era Elena, la chica soñadora que siempre está leyendo poesías y tal... eso con trece años, el último curso que hice en Niebla. Inolvidable.
    Bueno, Pitt, que muchos besitos, anda.

    ResponderEliminar
  9. jopetas que bueno! pero que triste....intenta escribir un poema divertido, anda porfa.....

    ResponderEliminar
  10. Un poema lleno de ternura, un canto a la vida en la tristeza del ocaso, de la soledad o de la locura. Pobre Paulina, aunque su nombre como bien dices podría ser cualquier otro. Pero representa a tantas mujeres que se han dejado su vitalidad en ayudar, en socorrer, en animar...para al final quedarse desvalidas. Te ha quedado bellisimo.

    Sobre mi blog, quería pedirte disculpas por no tener activados los comentarios algunas veces. Pero ya sabes que me operaron de un tumor cerebral y todavía ando con achaques. A veces me resulta un gran esfuerzo algo tan simple como contestar comentarios, devolverlos y visitar los blogs de tantos amigos y amigas como me visitáis.

    Para mi siempre es un placer recibir tu visita y por supuesto tus palabras.

    Mil besos de amistad.

    ResponderEliminar
  11. Poco he leído y compartido con Pelayo y ya me cae fenomenal, claro también le ayuda tu presentación, desde aquí le animo a que nos comente y aporte como tu lo haces.
    Si no nos divertimos entre nosotros no lo esperes del gobierno. Gracias por tu buen humor Jana.

    ResponderEliminar
  12. Maripili, gracias doblemente por comentar porque recuerdo que me has dicho más de una vez que no te gusta comentar poesía, ¿verdad? Lo siento, guapina, es que no me salen poemas divertidos, a veces los he intentado escribir pero no tienen alma. Soy de poemas tristes, quizá por eso llevo sin escribir poesía cinco años largos. Mejor.
    Besitos, guapísima.

    ResponderEliminar
  13. Neuriwoman, me gusta que te haga pensar un poquito en ella, es como regalarle vida, ya que ¿qué otra cosa?
    Te comenté eso en tu blog porque es que me vuelvo loca buscando y ya pienso que a lo mejor hay algún lugar donde, pulsando, se abren los comentarios, y que todos lo conocen menos yo. Tienes razón, si a veces te encuentras mal y no te apetece responder, pues haces bien en no dar opción al comentario, de ese modo no sientes esa presión.
    Un beso muy, muy grande.

    ResponderEliminar
  14. Pitt, me pasaré por su blog y le diré que venga aquí a ponerse colorado. Me alegro de que te caiga bien, yo, leyéndole, pienso que es de los vuestros, a pesar de que su blog es tan diferente, es de historia pura pero con algunos toques que te hacen darte cuenta del buen elemento que es. Claro que él no se conecta a diario, como nosotros, suele aparecer cada tres o cuatro días por lo general. ¡Muy mal!
    De nada por mi buen humor... pero no te creas, lo saco más bien aquí, últimamente estoy un poco regular. Y encima hoy se han llevado al desguace a mi queridísima furgo, la que llevaba doce años conmigo y fue testigo de tantas cosas, tristezas y resurgimientos. Con ella me comía el mundo, hoy ha acabado su historia conmigo, no podía ser. Estoy muy mal.
    Besos, Pitt.

    ResponderEliminar
  15. ¡Buenas, soy Pelayo!¿alguien me ha nombrado? ¡Queréis parar? que me pitan los oídos desde hace dos días. Gracias Pitt y Jana por vuestros halagos, evidentemente amiga me es imposible mantener vuestro ritmo, ¡qué mas quisiera! pero lo intentaré con todas mis fuerzas, aunque sea disminuyendo mis horas de sueño (aún más).
    Besos apretaos y a Pitt un gran abrazo (no te preocupes que también tendrás besos... tiempo al tiempo)

    ResponderEliminar
  16. ¡Ay, madre, la que tenéis aquí montada!
    Viene una a leer el poema y se encuentra con una historia en la entrada y otra en los comentarios.
    Qué bien que os lo pasáis.

    La poesía, mucho más bonita de lo que la recordaba, hacía muchísimo que no la leía.
    Menos mal que dejé de escribirlas yo, porque con una madre así es para sentirse abucharada.
    Muchos besitos.

    ResponderEliminar
  17. Una poesía preciosa, he disfrutado cada palabra como hacía tiempo que no lo hacía. Paulina me parece un nombre bonito,aunque no conozca ninguna (sólo a varias Paula). Aunque su vejez me parece algo solitaria, de otoño, no sé, espero que siga pudiendo sonreír. Un besazo^^

    ResponderEliminar
  18. Bueno, Pelayo, yo he cumplido ya mi misión, hombre, que me hace gracia que tengáis que pasar por mi blog para deciros ternezas, ¡que tenéis blog propio los doooooos!
    Vale, vale, lo que pasa es que Pitt acaba de salir de su fiestón zaragozano y tú vas de cabeza a la feria de Niebla (¿cuándo es, el 31 empieza?) y tenéis ánimo festivo y de cachondeíto. Lástima qe internet no haya llegado todavía a tener un grifito en un lado para catar vinos, sería ya la perfección, ¿verdad?
    Pues venga, ¡besos apretaos!, por Diossssss...

    ResponderEliminar
  19. Gatita, lo que tendrías que hacer es seguir escribiéndolas, que ya sabes que en prosa ya me has alcanzado, con veintiséis años menos, y me superarás en cuanto te pongas a ello, la experiencia es la madre de todas las ciencias. Escribe, escribe y escribe... ya te llegará la llamada, si no escaparás, descuida.
    Y este cachondeo que hay en los comentarios es cosa de Pitt y Pelayo, que tienen unas ganas de marcha que no te veas, yo, pobrecita de mí, aquí aguantando el temporal (claro, claro). Bueno, n a n, ya te podías haber buscado un nick más facilito, las hay con ganas de complicar la vida, ¿eh? Te diré nan, ya te lo advertí.
    Besitos, peque gblr.

    ResponderEliminar
  20. Es bonita tu expresión, Ví: "solitaria, de otoño"; exacto, así la veo también yo, rodeada de hojas doradas y con un pequeño rayito de sol para caldearle un poco el corazón. Ojalá ella no llegue a darse cuenta en ningún momento... pero sí, se la da, porque "es la noche, otra vez, como una muerte".
    Gracias por venir, Ví. Muchos besitos.

    ResponderEliminar
  21. ¡Conmovedor poema! Quizás sufre al oir a los niños y se hace la desentendida para no tener mayores disgustos o tal vez, no les da ninguna importancia, comprendiendo su inconsciencia.
    Respecto a la expresión "la vieja Paulina" a mí me evoca el poema que dice: "Soñé que era muy niño, que estaba en la cocina, escuchando los cuentos de la vieja Paulina." Y motivada por esto, lo he publicado en un "blog" en que pongo escritos por otras personas.
    -
    Un cariñoso saludo.

    ResponderEliminar
  22. Pecioso poema, me a llegado. Curiosamente mi abuela por parte paterna se llamaba Paulina, aunque tengo vagos recuerdo de ella, me la as recordado. Gracias por tu foma de escribir y expresar sentimiento, llegan a dentro.

    ResponderEliminar
  23. Hermoso poema Jana, me emocionó muchísimo, me encanta como escribes. Saludos desde Uruguay

    ResponderEliminar
  24. Qué lindo poema!!! Me encantó, aunque es muy triste, pero me gusta mucho lo que transmite.
    Siempre que veo indigentes en la calle me pregunto qué les habrá pasado en la vida para llegar a estar así, en la calle, solos, y también qué vida habrán tenido en el pasado. Uno no sabe qué hay detrás de esa aparente "locura".
    Un beso

    ResponderEliminar
  25. Eugenia, he pasado por tu blog y he leído el poema, tiene esa cadencia que tenían los poemas que leía, de pequeña, en antologías, y que evocaban tantas cosas... Aunque no se parezca en nada, me ha traído el recuerdo de "Los Motivos Del Lobo", de Rubén Darío, seguro que lo conoces.
    Gracias por pasar por aquí, guapa. Un beso.

    ResponderEliminar
  26. Querido Antonio, gracias por pasar otra vez por aquí, creo que eres el Antonio con el que me cruzo tan a menudo en el blog de Pelayo, ¿verdad? Me hace ilusión que de vez en cuando pases por mi "casa" y leas mis escritos. Gracias de nuevo, y un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  27. María, gracias, guapísima. Yo también estoy pasando por tu blog a ratos y leyéndomelo, me gusta mucho lo que haces, qué imaginación tienes, nena.
    Seguimos viéndonos, un besazo.

    ResponderEliminar
  28. Eva, tienes razón, cuando ves a una persona tan solitaria por la calle, con su pobreza y su drama a cuestas, te preguntas tantas cosas, y te da tanta pena... y tal como están las cosas hoy día en España, veremos a más personas así, ojalá se pueda evitar pronto, de alguna manera, pero tenemos que pensar que todas esas "Paulinas" ayer lo tuvieron todo y hoy lo han perdido, y tender una mano, y las dos, y nunca apartar la mirada ni decir "es la loca", ya está, con eso queda todo dicho.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  29. ¡Es preciosa!

    Sé que es muy triste al mismo tiempo la historia que cuenta de la vieja Paulina.

    Se me viene a la mente la imagen de una viejecita, con sus manos arrugadas por el tiempo, sola, triste, sentada en cualquier banco, de cualquier parque, con la mirada triste y perdida en cualquier pajarillo o algo que haya llamado su atención...

    Es muy triste, sí, y sobre todo es triste que la gente la mire, crea que " está enferma" está loca" aunque a veces esos comentarios no vayan a malas. Pero no entienden que quizás, lo único que pueden necesitar es que alguien se acerque, hable con ellas, le pase un brazo por el hombro, les de un abrazo...

    Me ha encantado muchísimo tú poema pequeñita. Creo que te he dicho en más de una ocasión que tendrías que escribir algunas cositas más en verso, se te da de miedo.

    ¡Un Besazo Preciosa!

    =^.^=

    ResponderEliminar
  30. Gracias, gatita; sabía que a ti te inspiraría esas imágenes, sin duda, igual que me las inspira a mí.
    También hace muchos años de este poema, Dawa, ya te digo que hace muchos, muchos años -bueno, unos cuatro o cinco- que no escribo poesía, y es que no me sale si no estoy terriblemente triste, así que prefiero que no me salga.
    Además, ya en los últimos tiempos prefiero los relatos, creo que mi vena de poeta se agotó o se detuvo y ya está, da pena pero tampoco lo lamento, quedan tantos poemas por leer que no importa que algunos se queden sin escribir, de verdad.
    Marramiauuuuuuu... =^.^=

    ResponderEliminar
  31. No sé sai se hará visible el comentario que he escrito pero ahí va un beso a ver si así lo hace más fácil

    ResponderEliminar
  32. Pues un comentario muy chiquito, Antonio, pero visible; al menos yo, lo veo, y recibo el beso y te lo correspondo bajo la lluvia.
    Y otro más, por el arco iris.

    ResponderEliminar
  33. Es un poema maravilloso que nos toca el alma, hay una riqueza de imágenes poéticas muy bellas y un contenido que no pasa indiferente. Paulina, tu desconocida Paulina es el reflejo de una vejez a la que sólo escapan los que mueren antes. Brillante recreación poética que aplaudo y me emociona. Un abrazo

    ResponderEliminar
  34. Viniendo de ti, Alma, me siento mucho más halagada, gracias doblemente.
    Mi pobre viejecita Paulina sigue en mi mente y siempre estará ahí, pero quizá ahora un poco más acompañada por todos vosotros, que la habéis conocido un poquito estos días.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar

Contacto

Ana Vega Burgos
anavegaburgos,@hotmail.com