Me he sentido (mira por dónde) más identificada que nunca con la entrada de hace unos días: "Firmado: la Perdedora". Andalucía -y Córdoba y Jaén especialmente- es la Amiga Fea, la que trabaja duro y siempre se queda mirando cómo la otra le quita los novios. Y por eso voy a transcribir una poesía que escribí cuando tuve que irme -como tantos andaluces- a buscar trabajo lejos, a Gerona, con veinte años recién cumplidos y buscando hacer mi propio nido. Y la segunda, escrita en el coche, dos años después, cuando por fin volvíamos porque mi padre -siempre mi padre- nos había "averiguado" trabajo en Málaga. Nunca olvidaré ese viaje, con el R-12 cargado hasta los topes de cajas y mis veinticuatro plantas, una de ellas -la kentia- tan grande que me iba dando en el cuello todo el camino, haciéndome cosquillas.
Nos pilló el crepúsculo pasando Albacete: carretera bordeada de olivos, olivos y más olivos; un pueblecito -creo que era El Jardín- todo color tierra, extraño, parecía sacado de un Belén... el sol que se ponía, deslumbrándonos, apenas veíamos la carretera.... y yo con mi cuaderno de cuadritos, tamaño folio (habré llenado más de cien y quizá hasta mil) y el bic cristal sin el que no me sale escribir, y llorando, pero de felicidad, de amor por mi tierra seca pero mía, mi Andalucía, mi querencia. Todavía se me llenan los ojos de lágrimas cuando la leo, porque puedo revivir toda aquella amalgama de sentimientos. ¡Si era la canción de José Luís Perales, la de "he vuelto a ser remero de la Plaza España", de Sevilla, y me daba tales llantinas que me tuvieron que esconder el disco para que no lo escuchara más!
Ahí van, las dos. Creo que los que habéis tenido que salir de vuestra patria chica me comprenderéis.
NOSTALGIAS DE ANDALUCÍA
Campos de mi Andalucía,
verdes, pajizos, dormidos;
Sierra Morena y gitana,
hecha de noche y hechizos.
Ríos oscuros y trágicos,
aguas de fuego y cristal,
siempre pasando y pasando
pero siempre, ¡siempre "allá"!
Me han arrancado de ti,
Andalucía de mi alma.
Sólo en sueños puedo verte.
Sólo en sueños te me alcanzas.
Llevo metida en la sangre
tu tierra roja y ardiente.
Buscan mis ojos amargos
tu presencia hermosa y fuerte.
Nada como Andalucía,
tierra que me vio nacer,
tierra que lleva en su tierra
mis lágrimas de mujer.
Aguas claras. Aguas turbias.
Cauces dormidos y rojos.
Lirios de la primavera
que añoran mis pobres ojos.
Seca, oprimida y cantando:
¡te quiero tal como eres!
Quisiera poder besarte
hasta el día de mi muerte.
Añoro el sol que te abrasa.
Añoro tus soledades.
La vida que en ti ha quedado...
La mía, que ojalá quedase.
Me han arrancado de ti,
Andalucía adorada.
¡Pero nadie podrá nunca
arrancarte de mi alma!
EMOCIÓN DE LA VUELTA
Primavera... Amapolas
como sangre o como nieve,
almendros en flor, y tú:
¡mi tierra! ¡Mi tierra alegre!
Cantando por el camino,
besándote con los ojos...
¡Vuelvo a ti, mi Andalucía!
(Campos verdes... Polvo rojo...)
Pueblecitos de la sierra:
paredes blancas y flores.
El mar... cinturón azul...
¡Tengo hambre de tus colores!
Mis ojos están nublados,
¡pero esta vez no es un sueño!
Vuelvo a ti para quedarme,
para comulgar tu suelo.
Mi río Guadalquivir...
¡Ay, mis amigos! ¡Mi hogar!
¡Ay, este cielo andaluz
que huele a amor y a azahar!
Atrás quedaron las lágrimas,
las nostalgias, los recuerdos...
¿Delante...? Sólo mi tierra,
mi amor, mi más dulce sueño...
Quiero gritar fuerte, ¡fuerte!
Quiero a ti entera abrazarte.
¡Vengo a quedarme contigo!
¡VENGO A FUNDIRME EN TU SANGRE!
Jana
Y, sí: estoy llorando. No tengo remedio. ¡Pero en mi Andalucía!